jueves, 29 de octubre de 2009

Ayla



Ayla apareció en mi vida una noche de otoño de hace 15 años. Estaba debajo de un coche aparcado en la calle enfrente de mi trabajo, maullando desesperadamente. Cabía en una de mis manos. Recuerdo cómo me la llevaba a casa en tren mientras ella se agarraba a la palma de mi mano, entre el pulgar y el índice, con sus pequeños dientes…

Fue creciendo a mi lado, sin rechistar. Tenía una vida intinerante, como la mía… pero siempre se adaptaba a cualquier cambio que se le presentara, incluso mejor que yo. Nunca le faltaron maneras de expresarse para conseguir sus fines aunque respetando ciertos límites para disfrutar de una cómoda convivencia. De pequeña conseguía hacerme reír a menudo, persiguiendo una cuerda que yo movía a ras de suelo, jugando con los cordones de mis zapatos o trayéndome la pelotita en la boca a la vez que maullaba para que se la lanzara por el pasillo de casa. Hay unas pelotas de plástico que le han gustado toda la vida, tenía un arte especial para dirigirlas pasándosela entre sus dos patas delanteras a toda velocidad que siempre me alucinaba.

Otro de sus momentos favoritos ha sido siempre esperar sentada en la taza del water para subirse a mis hombros de un salto cuando salía de la ducha con el albornoz y frotar su morro con mi pelo mojado. O tumbarse encima de mi ropa y dejármela llenita de pelos. Pero lo que más le gustaba del mundo era el jamón dulce, en lonchas. Se volvía loca de contenta de solo destapar el paquete. Era la primera en aparecer a la hora de comer, el sonido del saco del pienso era como la campana para ir a misa. Y llegaba a la cocina con su cola tiesa y las orejas erguidas maullando con ese sonido especial, el de la hora de llenarse el estómago. Después, si era verano, le gustaba sentarse dónde le diera el solecito y si era invierno, lo hacía junto a la calefacción, siempre que mis rodillas no estuviesen disponibles, claro.

Independiente y arisca en ocasiones, al igual que yo, nunca dejó de luchar, ni en sus últimos momentos, haciendo honor a su alias: “la pitbull”. Guerrera si, pero nunca tuvo pereza de demostrar su cariño. Le gustaba sentarse junto a mi, dormir a los pies de mi cama, y recibirme en la puerta cuando llegaba a casa con ese otro maullido especial, el de “hola! ya estás en casa por fin”.

Ayla, mi gata, mi compañera, mi familia, descansa desde el mediodía del martes, ya libre del dolor y sufrimiento de esta última semana. Y aun me parece oír cómo se afila las uñas en la alfombra de la entrada, o cómo rasca la puerta del patio para que la deje salir fuera a tomar el fresco y mordisquearme de paso alguna planta….

Pero su cojín está terriblemente vacío… solo me queda el eco de su ronroneo…

Ahora soy yo la que debo adaptarme a este nuevo cambio.

Gracias Ayla por estos 15 años que me has regalado. Siempre te echaré de menos.


Nur

martes, 27 de octubre de 2009

Sonrie...



Señor, renueva mi espíritu y dibuja en mi rostro
sonrisas de gozo por la riqueza de tu bendición.

Que mis ojos sonrían diariamente
por el cuidado y compañerismo
de mi familia y de mi comunidad.

Que mi corazón sonría diariamente
por las alegrías y dolores que compartimos.

Que mi boca sonría diariamente
con la alegría y regocijo de tus trabajos.

Que mi rostro dé testimonio diariamente
de la alegría que tú me brindas.

Gracias por este regalo de mi sonrisa, Señor.

- Madre Teresa de Calcuta -
Gracias Angeles...


lunes, 26 de octubre de 2009

Hoja tierna de luna...



Pon una hoja tierna de luna debajo de tu almohada y mirarás lo que quieras ver.
Es buena como hipnótico y sedante y también alivia a los que se han intoxicado de filosofía.

Jaime Sabines.

Busca dentro...



Si sigues buscando los culpables fuera de ti;
Si no analizas que es lo que hiciste para
que el otro actúe de tal o cual manera;
Encontrarás que te quedan billones de personas que culpar,
y que tu problema siempre seguirá igual.

Sentirás que cada amigo pasa a ser tu enemigo
y eso se debe a que te has puesto en enemigo tuyo
y cada persona que se te acerca se transforma en
el espejo donde ves aquello tuyo que no quisieras ver.

Autor Desconocido

jueves, 22 de octubre de 2009

El anillo del Rey



Hubo una vez un rey que le dijo a los sabios de la corte:

- Me estoy fabricando un precioso anillo. He conseguido uno de los mejores diamantes posibles. Quiero guardar oculto dentro del anillo algún mensaje que pueda ayudarme en momentos de desesperación total, y que ayude a mis herederos, y a los herederos de mis herederos, para siempre. Tiene que ser un mensaje pequeño, de manera que quepa debajo del diamante.

Todos quienes escucharon eran sabios, grandes eruditos; podrían haber escrito grandes tratados, pero darle un mensaje de no más de dos o tres palabras que le pudieran ayudar en momentos de desesperación total, les parecía una tarea casi imposible... Buscaron en sus libros, pero no podían encontrar nada.

El rey tenía un anciano sirviente que también había sido sirviente de su padre. La madre del rey murió pronto y este sirviente cuidó de él, por tanto, lo trataba como si fuera de la familia. El rey sentía un inmenso respeto por el anciano, de modo que también lo consultó. Y éste le dijo:

-No soy un sabio, ni un erudito, ni un académico, pero conozco el mensaje. Durante mi larga vida en palacio, me he encontrado con todo tipo de gente, y en una ocasión me encontré con un místico. Era invitado de tu padre y yo estuve a su servicio. Cuando se iba, como gesto de agradecimiento, me dio este mensaje- el anciano lo escribió en un diminuto papel, lo dobló y se lo dio al rey-. Pero no lo leas-le dijo- mantenlo escondido en el anillo. Ábrelo sólo cuando todo lo demás haya fracasado, cuando no encuentres salida a la situación-

Ese momento no tardó en llegar. El país fue invadido y el rey perdió el reino. Estaba huyendo en su caballo para salvar la vida y sus enemigos lo perseguían. Estaba solo y los perseguidores eran numerosos. Llegó a un lugar donde el camino se acababa, no había salida: enfrente había un precipicio y un profundo valle; caer por él sería el fin. Y no podía volver porque el enemigo le cerraba el camino. Ya podía escuchar el trotar de los caballos. No podía seguir hacia delante y no había ningún otro camino...

De repente, se acordó del anillo. Lo abrió, sacó el papel y allí encontró un pequeño mensaje tremendamente valioso: Simplemente decía "ESTO TAMBIÉN PASARÁ". Mientras leía "esto también pasará" sintió que se cernía sobre él un gran silencio. Los enemigos que le perseguían debían haberse perdido en el bosque, o debían haberse equivocado de camino, pero lo cierto es que poco a poco dejó de escuchar el trote de los caballos.

El rey se sentía profundamente agradecido al sirviente y al místico desconocido. Aquellas palabras habían resultado milagrosas. Dobló el papel, volvió a ponerlo en el anillo, reunió a sus ejércitos y reconquistó el reino. Y el día que entraba de nuevo victorioso en la capital hubo una gran celebración con música, bailes...y él se sentía muy orgulloso de sí mismo.

El anciano estaba a su lado en el carro y le dijo:

-Este momento también es adecuado: vuelve a mirar el mensaje.

-¿Qué quieres decir? -preguntó el rey-. Ahora estoy victorioso, la gente celebra mi vuelta, no estoy desesperado, no me encuentro en una situación sin salida.

-Escucha -dijo el anciano-: este mensaje no es sólo para situaciones desesperadas;también es para situaciones placenteras. No es sólo para cuando estás derrotado; también es para cuando te sientes victorioso. No es sólo para cuando eres el último; también es para cuando eres el primero.

El rey abrió el anillo y leyó el mensaje: "Esto también pasará", y nuevamente sintió la misma paz, el mismo silencio, en medio de la muchedumbre que celebraba y bailaba, pero el orgullo, el ego, había desaparecido. El rey pudo terminar de comprender el mensaje. Se había iluminado. Entonces el anciano le dijo:

-Recuerda que todo pasa. Ninguna cosa ni ninguna emoción son permanentes.

Como el día y la noche, hay momentos de alegría y momentos de tristeza.

Acéptalos como parte de la dualidad de la naturaleza porque son la naturaleza misma de las cosas.


Autor desconocido
Imagen by Sweet_Red_Cherry

miércoles, 21 de octubre de 2009

Dónde estás?



Gracias a la generosa actividad de los pulmones inhalamos la vida. Respiramos al nacer y dejamos de hacerlo cuando morimos.

Órgano que simboliza nuestro estar individual en la tierra.

Ocupa la zona central del pecho, el lugar de la propia identidad del “yo”, dice Debbie Shapiro; las dificultades que se declaran aquí tienen que ver con los sentimientos relacionados con uno/a mismo/a, no con los demás ni don la relación con ellos/as (Cuerpo mente. La conexión curativa, 1991).

Esta apreciación la confirma Wataru Ohashi, terapeuta de diagnosis oriental: “cuando los pulmones no funcionan bien, nuestra capacidad para inspirar vida está disminuida. Esto tiene efectos físicos y psicológicos”.

Si la energía se agota existirá dificultad para eliminar bióxido de carbono –señala-. La sangre estará mal oxigenada y se abonará un buen caldo de cultivo para resfriados, virus y microorganismos. Habrá ansiedad, pérdida de agudeza mental, depresión e hipersensibilidad.

El exceso de energía también daña a los pulmones, opina. La persona tendrá una tos fuerte, congestión nasal, tensión en el pecho, y estará propensa a padecer bronquitis o asma. Se obsesionará o vivirá angustiada -aprensiva- por cosas de poca importancia (Cómo leer el cuerpo. Manual de diagnosis oriental, 1995).

Desde la filosofía china, los sentimientos que habitan los pulmones son la tristeza (vivir los duelos, estar en contacto con uno/a mismo/a) y la valentía (valor para la vida).

Cuando su energía (Qi) está limpia y en equilibrio, la persona vive con rectitud, en el camino correcto; por el contrario, si están sucios, es posible que pierda el sentido de la vida, su capacidad para reconocer el valor (valentía), y que tenga baja autoestima.

Al respecto dice Ohashi:

“Todo el mundo sufre alguna vez de tristeza en la vida. Al parecer, es una parte necesaria del ser humano. Pero es importante mantener en perspectiva nuestra tristeza y aflicción y no aferrarnos a ellas si queremos llevar vidas productivas”.

Observa en tu “yo soy corporal” quién eres desde la energía de tus pulmones. ¿Estás en la tristeza o en la valentía?


Carolina Velásquez Cimac | México, DF
Imagen by RayArray

martes, 20 de octubre de 2009

Aun me río...



Democracia (del griego demos, pueblo, y kratos, autoridad) Gobierno en el que el pueblo ejerce la soberanía.

lunes, 19 de octubre de 2009

Otoño...



"Todo me habla del fin, es el otoño.
Fuera y dentro de mí lo inexorable siento.
La hojita desvalida
que ha caído en silencio,
dejó toda su muerte
aleteando en mi pecho.

Bajo nubes oscuras
columbro -verde y blanco - el cementerio.
Un gran deseo de partir me llena:
de partir hacia donde no se derrumbe el tiempo".

Hugo Rodríguez-Alcalá (Paraguay, 1917)
Imagen by Nur. Sant Vicente de la Barquera, octubre 2009

sábado, 17 de octubre de 2009

De ruta por el norte...


Ya vuelvo a estar por aqui. Estos días no he posteado nada porque depués de volver de mi último viaje me estaban esperando un buen resfriado y esa gran amiga... la regla. Aun me estoy recuperando del shock...

Subo una foto de Barcena Mayor, aunque sea de aperitivo. A ver si pronto puedo poneros el resto. Tos tos....

En fin, que paseis un buen fin de semana!

Imagen by Nur, Barcena octubre09


miércoles, 7 de octubre de 2009

Cosas de miércoles...



El amor es la respuesta, pero mientras usted la espera, el sexo le plantea unas cuantas preguntas.

Woody Allen
Imagen by psychobabble6423

lunes, 5 de octubre de 2009

Aviso

Para una correcta visualización de este blog recomiendo usar el navegador Google chrome o Mozilla Firefox,
El Internet explorer está dando fallos y no lo muestra completo.
O, a veces..., todo lo contrario...