En un chalet muy lujoso con una gran piscina se está celebrando una fiesta. El dueño que es multimillonario, dice que compartirá su fortuna con el valiente que se atreva a cruzar su piscina que está llena de cocodrilos hambrientos.
De repente se ve a un chico dentro del agua nadando a toda velocidad, cuando sale por el otro extremo de la piscina el dueño acude a felicitarlo, diciendo que por fin acababa de conocer a una persona realmente valiente.
El joven le respondió: “¡Que valiente, ni que valiente…alguien me empujó”!
Dice Alejandro Jodorowsky que la piscina con sus cocodrilos son nuestros “demonios interiores”, contra los que tenemos que luchar para tratar de conocernos. Que ese pequeño empujón que te lanza al interior de la piscina te lo da “un maestro”. Pero la energía para luchar y salir (aprender) la pones tú. Sin ella no serviría de nada el pequeño empujón que nos han dado. La recompensa de atravesar la piscina es conocerse mejor, un aumento de nuestra “consciencia” rompiendo algunos límites que establecíamos como fijos e inamovibles.
Son los retos y las dificultades las que nos empujan a crecer.
Fuente: Planocreativo
Fotografia by Nur, "buscando yacarés", rio negro, amazonas 2006.
2 comentarios:
Bonita tu foto con el yacaré, Nur, estais muy guapos los dos.
...y la historia que cuentas, tiene "tela", porque que te arrojen a una piscina llena de cocodrilos es una "faenilla", pero bueno, eso tienen los maestros, que a veces nos hacen vivir situaciones realmente dramáticas, todo ello con la intencion de hacernos crecer, y tomar conciencia de nosotros mismos.
Besos navideños
Maria
Pues si... no veas qué cabreo se puede pillar en semejante situación... Claro que, lo de tener una piscina llena de cocodrilos ya no es muy normal... jaja
Feliz navidad Maria!
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