lunes, 14 de julio de 2008

Observando nuestro interior


Alguna vez te habrás hecho alguna de las siguientes preguntas: ¿Por qué a ciertas personas les va todo bien y a otras lo contrario? ¿Por qué nuestra realidad sucede de esta manera y no de otra? ¿Por qué todo se mueve en círculos y no soy capaz de salir de ellos?, etc.

Según el principio de correspondencia, Como es arriba, es abajo; como es abajo, es arriba, nuestro macrocosmos, es un reflejo de nuestro microcosmos. Esto viene a decirnos que nuestro mundo exterior, es un reflejo de nuestro mundo interior. Debemos de buscar dentro de nosotros las causas, para poder entender los efectos que se producen fuera de nosotros. Al ser nuestro universo una creación mental, podríamos buscar en este plano las causas, ya que las causas siempre surgen de un pensamiento, y crean los efectos en los diferentes planos.

‘Cuando abro mis ojos al mundo exterior, me siento como una gota de agua en el océano; pero cuando cierro mis ojos y miro interiormente, veo el universo completo como una burbuja levantándose en el océano de mi corazón.'

Hazrat Inayat Khan 'La Sinfonía Divina'

Pensando en todo esto, podemos ubicar en nuestro interior la fuente de todo, por lo cual debemos de estar atentos y observarnos a nosotros mismos. Existen métodos, como el psicoanálisis, la hipnosis, la terapia regresiva, la meditación, las plantas sagradas y un largo etc., que nos pueden conectar con nuestro interior, para así poder llegar a una observación de éste, y de ahí sacar un aprendizaje para nuestra evolución y para poder crear nuestra realidad.

Simplemente obsérvate, fíjate en todo lo que sucede a tu alrededor, y busca las causas, poco a poco aprenderás a encontrar éstas, cuando las causas se producen en un plano (físico, emocional, mental) acude al plano inmediatamente inferior, y de este hasta el mental, que es donde encontrarás la causa primera, con el tiempo, adquirirás la maestría en el arte de vivir.

En un mundo como el actual, donde todo ocurre a gran velocidad, y siempre hay distracciones, es más complicado observarse a uno mismo pero, si prestas atención, poco a poco irás adquiriendo esa capacidad de observación.

‘Escuchad el silencio de los desiertos allá donde esteis. Incluso en el tumulto de las ciudades, buscad vuestro desierto interior.’

Qamar Bint Sufan, Cartas desde la Montaña de Käf

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