"Me marcharé, Señor, alegre o triste;
mas resignado, cuando al fin me hieras.
Si vine al mundo porque tú quisiste,
¿no he de partir sumiso cuando quieras?
Un torcedor tan sólo me acongoja
y es haber preguntado el pensamiento
sus porqués a la Vida...¡Mas la hoja
quiere saber dónde la lleva el viento!
Hoy, empero, ya no pregunto nada:
cerré los ojos, y mientras el plazo
llega en que termine la jornada,
mi inquietud se adormece en la almohada
de la resignación, ¡en tu regazo!"
Amado Nervo (México, 1870-1919)
3 comentarios:
Hermoso verso...la vida y la muerte, como acto natural de nuestra existencia.
Un abrazo.
Cuanta belleza y sabiduría nos dejó Amado Nervo. Siempre encuentro algo de él que no he leído.
Besos.
Fantástico Amado Nervo!
Te mando otra perla del mismo autor...
Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, Vida,
porque nunca me diste ni esperanza fallida,
ni trabajos injustos, ni pena inmerecida;
porque veo al final de mi rudo camino
que yo fui el arquitecto de mi propio destino;
que si extraje las mieles y la hiel de las cosas,
fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas:
cuando planté rosales coseché siempre rosas.
… Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno:
¡mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno!
Hallé sin duda largas las noches de mis penas,
mas no me prometiste tú sólo noches buenas;
y en cambio tuve algunas santamente serenas…
Amé, fui amado; el sol acarició mi faz.
¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en Paz!
Que descases mucho y bien.
Besos
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