martes, 28 de septiembre de 2010

En la selva...




Nanciyaga domingo 26 de septiembre de 2010.

A pesar de la incesante lluvia, me arrulla la selva con su nocturna melodía.

Apenas me había hecho expectativas sobre el futuro inmediato por lo que no puedo evitar sentirme agradablemente sorprendida de cómo el universo está planteado el desarrollo de los acontecimientos. El esfuerzo realizado hasta que aterricé en Distrito federal me supuso un gran desgaste emocional y energético, del cual pensaba reponerme lo antes posible con un merecido descanso. No sé si por la inercia del ritmo que traía o, dada mi predisposición a dejar que las cosas sucedan, de algún modo que se escapa a mi control, las situaciones que creía necesitarían algún tiempo se están presentando ya, como si se tratara de una serie de fichas de dominó. Tengo la sensación de que “los ángeles” me están guiando en este nuevo comienzo. Y parecen tener prisa.

El vuelo Amsterdam-México se hizo bastante pesado sobre todo por la cuestión horaria. Un día de 31 horas resulta agotador. Una vez en DF, pasados los controles de aduanas y seguridad, y por primera vez desde que viajo en avión, las maletas me estaban esperando. Habían llegado a las cintas de equipaje antes que yo!. Tras cambiar moneda y realizar algunas consultas sobre los vuelos a Veracruz, contratamos un taxi autorizado (pagas el importe del viaje en una oficina del aeropuerto y así te evitas sorpresas) y nos dirigimos a un hostal en el barrio de Coyuacan que elegimos por su proximidad a la “casa azul”, lugar donde había vivido Frida Kalho y Diego Rivera y que había quedado pendiente de visitar en mi último viaje a esta gran urbe. El hostal “la encantada” resultó ser un lugar muy acogedor dónde me sentí muy bien recibida y cuidada.

Amanecí con un terrible dolor de muelas que me impidió disfrutar de los huevos rancheros del desayuno. Lucero, la atractiva mujer que regentaba el hostal junto a su madre, cuyo marido gallego seguía viviendo en España, me pidió cita con su dentista y a las tres horas ya me habían realizado una endodoncia en una estupenda clínica a solo dos cuadras y media del hostal no sin antes tener el tiempo necesario para visitar la casa de Frida. Curioso que me tocara descubrir algunas de sus obras y enseres personales acompañada de un fuerte dolor…

A primera hora de esa misma tarde ya nos encontrábamos en una furgoneta camino de Catemaco. Surgió la posibilidad de viajar de ese modo comentando con el taxista que nos recogió en el aeropuerto el tema de las inundaciones que asolaban el estado de Veracruz provocadas por el reciente ciclón que había pasado por el golfo, y ante la posibilidad de que el aeropuerto veracruzano estuviera cerrado y aunque nuestra primera idea era ir a Veracruz, decidimos contratar sus servicios y dirigirnos a la costa por carretera. Curioso fue también el momento en el que el chofer decidió poner un CD de música y eligió una recopilación de canciones de Mercedes Sosa, Silvio Rodríguez y Joaquín Sabina entre otros. Temas conocidos que me emocionaron por la espontaneidad del momento y donde el corazón parecía susurrarme que todo iba bien, que no estaba sola… Cuando el CD terminó, el chofer quiso poner otro pero el lector ya no lo leía… así pues también me tocó el rato de silencio necesario para reflexionar sobre la magia del instante.

Tras 7-8 horas de viaje llegamos a Catemaco cuando ya era oscuro, descargamos el pesado equipaje en un Hotelito junto al zócalo y salimos a cenar unos tacos en un pequeño puesto no lejos de allí. Al día siguiente, después de desayunar en el malecón y esquivar las propuestas de los paseos en lancha por la laguna agarramos un pirata (taxi comunitario) y nos presentamos en Nanciyaga. Volver a visitar la selva era algo que deseaba hacer desde hace meses.

Mientras esperábamos para reunirnos de nuevo con Belem, una eficiente y preciosa guardiana de Nanciyaga, dimos una vuelta por el lugar. Es fantástico tener la suerte de ver una manada de monos aulladores, sentir de nuevo el olor del copal en el Temazcal y de las hojas frescas de pachuli. Belem acudió a nuestro encuentro y tras los abrazos y un rato de plática nos acompañó al pueblo de San Andrés de Tuxtla. En menos de dos horas me encontré con mi móvil de telefónica liberalizado y una nueva tarjeta SIM prepago de Telcel (compañía que se usa aquí) por aproximadamente 350 pesos (20€) con 50 de saldo.

Esa misma tarde y el día siguiente lo dedicamos a visitar casas para rentar en Catemaco. No vimos gran cosa, pero aprovechamos para conocer al doctor de confianza de nuestros amigos, Cristóbal, un suizo afincado aquí.

Hace cinco días que dejamos el hotel, desde entonces me alojo en una cabañita en la selva, aquí en Nanciyaga. No me canso de disfrutar de este lugar a pesar de que es una época de muchas lluvias. No dispongo de electricidad salvo una bombilla de luz solar unas cuantas horas al día y el guarda nos ha recomendado no salir de la cabaña por la noche ya que ha subido bastante el agua y puedes encontrarte algún cocodrilo camino del lavabo, pero presenciar el espectáculo de las luciérnagas sobre la laguna tras la caída del día no tiene precio!

To be continued….

Nur
Imagen by Nur (Nancitaga)

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Viva la vida!



Cada tic tac es un segundo de la vida que pasa, huye y no se repite.
Y hay en ella tanta intensidad, tanto interés, que el problema es sólo saberla vivir.

Que cada uno lo resuelva como pueda...

Frida Kahlo

lunes, 13 de septiembre de 2010

Nada especial



La práctica no consiste en tener experiencias, ni en experimentar grandes revelaciones, ni en llegar a ningún sitio ni convertirnos en nada. Somos perfectos tal como somos. Y con la palabra «perfecto» me refiero, sencillamente, a que las cosas son como son. La práctica apunta a mantener la conciencia, tanto de nuestras actividades como de los pensamientos que nos separan de ellas. Mientras martillamos clavos o nos sentamos a meditar, sencillamente martillamos clavos o nos sentamos a meditar. Y puesto que nuestros sentidos se encuentran abiertos, oímos y sentimos también otras cosas: sonidos, olores, etc. Cuando surgen los pensamientos los notamos y regresamos a nuestra experiencia directa.

La conciencia es nuestro ser verdadero, es lo que somos. Así que no tenemos que intentar desarrollar una conciencia especial, sino simplemente notar cómo la bloqueamos con nuestros propios pensamientos, fantasías, opiniones y juicios. O experimentamos un estado de conciencia, que es natural en nosotros, o estamos haciendo cualquier otra cosa. Lo que distingue a los alumnos maduros es que la mayor parte del tiempo no hacen otra cosa. Simplemente están aquí, viviendo su vida. Nada especial.

Charlotte Joko Beck
"La Vida tal como es" (Enseñanzas Zen)
Fotografia by Víctor Manuel Balbás Liaño, Liencres 2010

jueves, 9 de septiembre de 2010

Más allá...



No sirve de nada buscar la verdad.
Sólo has de dejar que los falsos modos de ver desaparezcan.
No mores en la dualidad
y cuídate de no buscar
porque en cuanto aparecen el "sí" y el "no",
la mente se pierde en la confusión.
El dos surge del uno,
pero no te apegues ni siquiera al uno
porque aunque la mente una sea no nacida,
la miríada de cosas es sin mácula.
Sin mácula, sin cosas.

Seng T'San

viernes, 3 de septiembre de 2010

Bitácora



No conoce el arte de la navegación
quien no ha bogado en el vientre
de una mujer, remando en ella,
naufragando
y sobrevivido en una de sus playas.

(Cristina Peri Rossi, en Erato bajo la piel del deseo.
Antología de poesía erótica, Ed. Sial, 2010)

Aviso

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O, a veces..., todo lo contrario...