miércoles, 24 de noviembre de 2010

Sobre el hogar...



El hogar es un estado de ánimo continuado o una sensación que nos permite experimentar sentimientos no necesariamente manifestados en el mundo exterior: asombro, visión, paz, liberación de las preocupaciones, de las exigencias, de los constantes parloteos. Todos estos tesoros del hogar se tienen que almacenar en la psique para su posterior utilización en el mundo de arriba.
El hogar es la prístina vida instintiva que funciona tan suavemente como un eje que se desliza sobre su engrasado cojinete, donde todos los ruidos suenan bien, la luz es agradable y los olores nos tranquilizan en lugar de alarmarnos. La manera en que una pase el tiempo a la vuelta no tiene importancia. Lo esencial es cualquier cosa que revitalice el equilibrio. Eso es el hogar.

Clarissa Pinkola Estés, “Mujeres que corren con los lobos”


La casa de Totonicapan es fantástica y agradable, como su dueña. Ya llevo un par de meses disfrutando de la luz de este hogar. También es un privilegio estar rodeada de toda esta vida de la selva que tanto me atrae, con su incesante canto. Pero después de valorar las opciones disponibles se abre un nuevo camino. Me mudo a Catemaco, a la casa de Juan y Jessi, dos estupendos mexicanos comprometidos con la madre tierra y con sus raíces. Un nuevo cambio hacia una experiencia diferente. Estaré en el pueblo, cerca del centro, menos aislada que en Totonicapan y con menos gastos en general. La renta mensual de la casa en Catemaco me cuesta como ir un día al cine en Barcelona con palomitas y una coca cola. Y eso en mi situación es importante, me permitirá viajar más a menudo por el país. Pero aun me quedan un par de semanas para disfrutar de esta casa junto a la selva y sus acompañantes. Ayer había un gran gato montés en la puerta de entrada, increíble, también dicen “miau”… Me encantan las visitas de los animales de la selva. Aunque el encuentro con la nauyaca no fue tan agradable, es una serpiente que si te muerde puedes tener verdaderos problemas, por lo general todo me resulta sorprendente y llamativo. Esta es la parte que echaré de menos cuando viva en el pueblo. Pero hay que moverse! Si te quedas demasiado tiempo en un mismo lugar luego cuesta más levantar el ancla…

Hoy os voy a contar una bonita historia que me explicó un lugareño sobre los “tapacaminos” que son unos pájaros de un color neutro que se ven en los huecos de los caminos durante la noche, allí parados, no levantan el vuelo hasta que casi les pasas por encima con el coche, parece que esperen algo. Pues resulta que al parecer antiguamente estas aves, los “tapacaminos” vestían el plumaje del pavo real, con sus bonitos colores y elegante pose. Y un día los pavos reales, que eran grises y pasaban desapercibidos, tenían que ir a una fiesta de carnaval y como no tenían nada que ponerse les pidieron prestado su plumaje a los tapacaminos asegurándoles que después de la fiesta lo devolverían. Pero nunca lo hicieron, los pavos reales son tan orgullosos que se quedaron con el bonito plumaje de los tapacaminos y es el que visten aun hoy en día. Los pobres tapacaminos salen cada noche a los senderos y carreteras a esperarles para recuperarlo. Y es por eso que siempre te los encuentras por los caminos, todas las noches.

24 de noviembre y aun voy en chanclas y manga corta. Cuando viene un frente frio apenas dura un par de días y luego vuelve a salir el sol para ponernos a 29 grados de temperatura. Se me hace raro en esta época del año. Pero es genial la energía que me ahorro, tanto material como física y emocional. En España ya estaría con la calefacción a tope y con un montón de ropa. Posiblemente tendría que comprarme unos nuevos zapatos de invierno porque los que tenía estaban ya destrozados. Y aquí es genial poder salir de excursión, caminar tres horas por la selva y acabar dándote un baño en alguna poza o laguna escondida.

Empieza a gustarme esto de los cambios….


Hay una escalera de mano.
La escalera de mano siempre está ahí
Colgando inocentemente
Cerca del costado de la goleta…
Descendiendo…
Vine para explorar el naufragio…
Vine para ver los daños que ha habido
Y los tesoros que se han conservado…

Adrianne Rich “La inmersión en los restos del naufragio”


To be continued…

jueves, 4 de noviembre de 2010

Ya es noviembre!



Las necesidades del alma están gobernadas por Coatlicue, la diosa azteca de la autosuficiencia femenina que da a luz en cuclillas y firmemente asentada sobre los pies. Ella enseña lo que es la vida de la mujer solitaria. Es la hacedora de niños, es decir, de un nuevo potencial de vida, pero es también la madre de la Muerte que lleva en su falda unas calaveras que suenan como los cascabeles de una serpiente, pues son cráneos de serpiente y, puesto que los cascabeles de los cráneos suenan también como la lluvia, por afinidad de resonancia atraen la lluvia sobre la tierra. Es la protectora de todas las mujeres solitarias y de aquellas cuya magia y cuyos pensamientos e ideas son tan poderosos que tienen que vivir al margen de quién sabe dónde para no deslumbrar demasiado a los habitantes de la aldea. Coatlicue es la protectora especial de la forastera.

Clarissa Pinkola Estés,” Mujeres que corren con los lobos”


Coatlicue preside el altar que estos días han preparado nuestros amigos en la selva. Rodeadas de flores están colocados las fotografías de los que ya no están, de los que no se han olvidado. No puede faltar la comida, el agua, la sal y el maravilloso olor del copal.

Los rituales son uno de los medios utilizados por los seres humanos para situar sus vidas en perspectiva, evocan las sombras y los espectros de las vidas de las personas, los clasifican y los apaciguan. El día de muertos se basa en el rito de las llamadas ofrendas, se erige el altar en honor de los difuntos. Las ofrendas son tributos, monumentos conmemorativos y expresiones de profunda consideración hacia los seres queridos que ya no están en esta tierra.

Ha sido un honor poder participar por primera vez en este ritual. Doloroso en el sentido de recordar las pérdidas pasadas y a la vez curativo en el sentido de limpieza interior. Despedirse con amor de aquellas cosas de nuestras entrañas que ya no son válidas, dejar morir ciertos aspectos del pasado que ya no ayudan en el crecimiento y rezar para que la vida siga su curso en armonía, sabiendo, hoy más que nunca, que la muerte siempre está presente y que es ella la que da paso a la nueva vida…

Frente al altar iluminado con velas nos hemos deleitado con un chocolate caliente, unos ricos y sabrosos tamales y, cómo no, el famoso dulce “pan de muertos” mientras los presentes platicaban sobre la vida que habían compartido con los que ahora faltaban.

Ya hace unos días que la gente se preparaba para esta fiesta. Desde el fin de semana ya había una multitud en el cementerio limpiando y preparando las tumbas. El lunes por la tarde ya está todo listo para pasar la noche junto a sus muertos, con comida, bebida y rezos. Cualquier otro día del año se tomaría por loco a aquel que se dedicara a tomar tequila junto a una tumba mientras recuerda viejas andanzas con el muerto!. Resulta curioso ver la calle que lleva al cementerio como si fuera una feria, llena de chiringuitos donde venden flores, comida, bebidas y hasta hay áreas recreativas para los más pequeños. Todo lleno de colores y olores contrastados. Claro que los propios cementerios también son curiosos, las tumbas no están dispuestas en ningún orden especial, todas son de diferentes formas, tamaños y colores y parecen colocadas de manera totalmente aleatoria. Todas las lápidas tienen un aspecto particular y diferente, son de variados materiales, incluso las hay que son de piedras amontonadas o pura tierra. Y nada de tonos “grises”, abundan los naranjas, los azules celestes, amarillos, verdes y rojos.

Es un encuentro en el que participan todos los miembros de la familia, desde los más jóvenes hasta los más ancianos, que seguramente son los que cuentan las historias de sus ancestros a los niños. De esta manera se conserva un conocimiento sobre los propios antepasados que siempre puede ayudar a entender un poco más cómo funciona nuestro interior. Los lazos de sangre y las personas que nos han rodeado desde nuestra más tierna infancia configuran parte del mapa de nuestra psique.

Es una mirada al pasado en la que no faltan los ratos de tristeza y reflexión pero en la que también abunda la alegría, el amor, el compartir y el respeto.

Y ya es noviembre… Hace un año ni siquiera imaginaba que estaría aquí por estas fechas. Ha sido duro dejarlo todo y empezar de nuevo. Mi casa, mi familia, mis cosas… Cuánto cuesta liberarse de los apegos! Hay ratos en los que me asalta la añoranza, aun así no olvido la sensación de apatía que me embargaba los últimos meses antes de tomar la decisión de cambiar de aires. Trato de no dejar que la incertidumbre me preocupe demasiado y disfruto de estos momentos de calma en este pequeño rincón del mundo. La sensación de libertad compensa los miedos por ahora.
Procuro aprender a cambiar de hábitos, de pensamientos e incluso de idioma, porque aunque aquí también se hable español, las palabras o frases a veces tienen otro sentido. Si vas a una tienda a comprar un pollo de rancho (pollastre de payes, pitu caleya o pollo de granja) tienes que especificar que lo quieres ”abatido” y limpio porque si no te puedes encontrar con que te den un pollo vivito y coleando… y no está una para matar y desplumar pollos todavía! Me río al imaginar la cara que pondrían algunas de mis antiguas clientas si les entregara un ejemplar vivo … sería de foto.

Aun siento que estoy en periodo de adaptación. Evito todo lo que puedo las comparaciones con mi anterior vida, resulta fácil juzgar si no prestas atención. Procuro quedarme en la observación y mantener la conciencia y la presencia el máximo tiempo posible para aprender a moverme al son del ritmo de esta tierra. He encontrado una buena distracción en la pesca, me resulta relajante. Aunque por aquí el tema de pescar puede ser bastante sorprendente… esta misma tarde cuando pensé que había pescado un pez enorme porque noté un gran peso al jalar de la caña, resulta que lo que salió del agua con la bolita de masa en la boca fue una tortuga! Parece ser que les gusta el maíz (utilizo masa de maíz en el anzuelo, lo de ensartar gusanos no es lo mío) Pobrecita… menos mal que no se le enganchó el anzuelo y pudo liberarse ella misma y salir por patas de nuevo hacía el agua. Es gratificante terminar el día con unas cuantas mojarritas para la cena…

To be continued…


Aviso

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