viernes, 26 de octubre de 2012

Ya casi es noviembre...




Y pasarán los meses deslizándose sutilmente mientras tu vida continua. Y tal vez, una tarde cualquiera de invierno, mientras paseas por alguna calle ruidosa de tu ciudad, veas una pareja de “valientes”, como en aquel lugar con capillas de oro y camotes. O tal vez escuches aquella canción… entonces puede que sonrías para ti misma mientras me recuerdas mirándote, tras tus profundos ojos… y quizás se te encoja un poquito el corazón al pensarme pero sabrás en ese momento que todo está bien y seguirás caminando por tu ruidosa ciudad sin voltearte para mirar atrás…  Y seguirán los meses deslizándose sutilmente mientras tu vida continua…

Nur

domingo, 30 de septiembre de 2012

Tu cuerpo


Cuando beso tu cuerpo
siento latir el corazón
profundo de la vida.
Te recorro despacio
reviviéndome.
Hay hallazgos sutiles,
hay derrotas.
El extenso placer,
la abierta lucidez,
la dicha de tenerte.

Tu cuerpo. Renata Durán 
Imagen by Alain Bonnefoit

martes, 25 de septiembre de 2012

Mañanas de otoño...


Ella empezó a desvestirme
para vestirse de mí
y en eso yo la seguí.

Amor clásico. Mendigo. Jesús Aguado
Imagen: La mañana. Marga Camps 

lunes, 10 de septiembre de 2012

Pase lo que pase...


No puedo vivir conforme a ejemplo,
ni voy a representar jamás un ejemplo para nadie, 
pero en cambio voy a darle forma a mi propia vida 
de acuerdo conmigo misma, 
eso si lo voy a hacer, 
pase lo que pase.

Lou Andreas Salomé

miércoles, 15 de agosto de 2012

La educación prohibida


ESTE ES UN ENLACE DE UNA PELICULA QUE TRATA Y EXPLICA LA FORMA CORRECTA DE EDUCAR AL SER HUMANO DESDE SU INFANCIA Y ADOLESCENCIA, UNA EDUCACION BASADA EN VALORES VERDADEROS Y UNICOS PARA PODER CONVERTIRNOS EN NOSOTROS MISMOS. UNA EDUCACION BASADA EN EL AMOR , EL RESPETO, LA LIBERTAD Y EN LA CAPACIDAD DE APRENDIZAJE.  

(Por favor, difunde y propaga esta película, este mensaje. Otra educación si es posible.) 
 ** La cultura se protege compartiéndola **   http://www.educacionprohibida.com

miércoles, 1 de agosto de 2012

Pinche Potrillo...



Te conocí una mañana de mayo. Acababa de pasar una semana acampada en el desierto de Wiricuta y pasé a descansar un par de días en Aventurec, tierra de la reserva del Filobobos. Todas las orquídeas estaban florecidas y el campamento lucía de un color amarillo intenso que contrastaba con el brillante azul de tus ojos, esos ojos siempre tan llenos de vida…

Iniciamos una caminata atravesando campos de árboles de lichis, pimienta, naranjas… recuerdo que conectamos enseguida, compartimos nuestro primer churro esa misma mañana mientras esperábamos a Tavo en el punto donde debía recogernos con el autobús, también amarillo. Llegamos a la orilla del rio y tras dar la plática de seguridad que tantas veces después te oiría repetir en cada nuevo descenso, me subí a tu balsa, adelante a la derecha. Remamos hasta la cascada del encanto. Recuerdo perfectamente la sensación de la adrenalina y el agua fría al nadar tras de ti acercándonos a la cascada. Nos pegamos a la pared de rocas para poder seguir avanzando, yo no podía ver nada, la fuerza con que el agua salpicaba mi cara apenas me dejaba respirar. En un momento te perdí de vista y me quedé agarrada a la pared de piedra tratando de respirar y casi paralizada por la cantidad de adrenalina que sentía dentro de mi, nunca había nadado tan cerca de un salto de agua. El sonido era ensordecedor y cuando ya estaba casi a punto de desistir sentí cómo tu mano jalaba mi chaleco y tiraba de mi. Regresaste para ayudarme a avanzar. Tiempo después sería yo la que jalaba del chaleco a los aventureros que se atrevían a nadar hasta allí. Siempre me ayudaste a avanzar, cuando estaba contrariada por algún tema de chamba siempre venias con una sonrisa intentando animarme. Cuando dudaba en algún rápido porque el nivel del rio era alto siempre me dabas ánimos, a la hora de saltar desde una roca tampoco dejabas que nunca me paralizara, siempre me ayudaste a no sentir miedo, a ver la parte divertida y emocionante de la vida.

Cuando decidí quedarme en Aventurec fuiste uno de los primeros en enseñarme, en transmitirme lo que sabías, nunca me juzgaste y desde el primer momento me acogiste como si fuera una más de la banda. Recuerdo que nos subíamos a fumar a la parte de arriba del autobús, donde iban las lanchas, cuando Tavo paraba en la panorámica del valle, nos echábamos en las balsas para tratar de esquivar las ramas de los árboles aunque siempre nos llevábamos algún madrazo.

Recuerdo perfectamente el día en que me dijiste que te gustaba mi manera de remar y que siempre tendría un hueco en tu balsa. En el descenso contigo siempre estaba garantizada la diversión, los clientes se iban encantados. Todavía me rio de las veces que conseguiste tirarme al agua, siempre me pillabas desprevenida. Recuerdo que la vez que conseguí zambullirte yo a ti perdiste tus gafas de sol, jaja, pero no te enojaste, aceptaste con tu siempre estupenda sonrisa el hecho de que esta vez te la había podido devolver…. 

Yo trataba de imitarte y me pintaba la cara con arcilla a lo indio, igual que tu. Cuando ayudaba a descargar contigo el equipo e iba cargando la balsa aprovechabas para darme palmadas en las nalgas, cuando tu cargabas la balsa yo te las devolvía mientras tu te reías y me decías aquello de Ooooracabrón con ese acento mexicano que tanto me gusta. Recuerdo nuestras pláticas en la bodega de Tavo, escondiéndonos del patrón para echarnos unas risas mientras compartíamos confesiones y tu te reías imitando mi acento español con aquello de “ostia puta tia”. O cuando íbamos a buscar los tacos para desayunar con la moto de Jose. O cuando llegabas del rio y me hacías bajar hasta la cabaña porque no llevaba papel de fumar encima en ese momento. Recuerdo tu chaleco colgado frente a la bodega del equipo, tu casco negro, tu casco rojo… las tachas que escondías en la estantería de los cascos….

También me acuerdo de los ratos en que me llevabas a tu rancho y charlábamos bajo aquel enorme árbol de mango que tienes junto a la casa que construías,  justo encima del rápido de frijolares, desde donde se puede ver y oir el río. Yo te escuchaba hablar de tus sueños y me maravillaba de tu optimismo. Recuerdo como te quedabas pensativo cuando hablábamos de lo que iba a cambiar tu vida cuando llegara tu bebe, y sonreías cuando hablábamos de que en cuanto pudieras la ibas a enseñar a guiar. Y yo te animaba diciéndote que seguro que llevaba el rio en sus genes y no le costaría nada aprender a ser una buena guía.

Potro, te has ido demasiado rápido, la última vez que hablamos te dije que volveríamos a vernos pronto y no me has dado tiempo…  pero en cuanto llegue a dónde estás buscaré la balsa con el parche en la anilla… y prometo siempre llevar un papel de fumar encima, por si acaso a mi también la Parca me lleva sin avisar…

Gracias por todo lo que me has enseñado, gracias por todo lo que has compartido, siempre estarás en mi corazón…. Te quiero un chigo wey Ooooooracabrón!

NUR
Imagen by Nur, Aventurec 2011

martes, 17 de julio de 2012

Y se cayó el cielo



Y se cayó el cielo,
casi sin avisar, con un silencio sordo, opaco.
Se cayó el cielo llevándose por delante las hojas de la última primavera,
plumas de pelícano y algunos sueños, 
las pocas esperanzas
y los restos de ceniza de lo que antes ardía sin medida…

Se cayó el cielo a pedazos, enfriando dudas,
despejando decisiones imposibles,
aclarando el aire de los nuevos propósitos.
Se cayó el cielo de repente,
dejando tras de sí el olor de la tierra mojada en lágrimas.
Y huele a tierra empapada de semillas nuevas
que aun no saben que algún día habrán de florecer…

Nur
Imagen by Sotoxic


sábado, 14 de julio de 2012

Deseos en julio...



Estoy como parado en una esquina viendo pasar lo que pienso, pero no pienso lo que veo. 

Julio Cortázar
Imagen by Nur, Mississippi river New Orleans, julio 2012

lunes, 25 de junio de 2012

Pequeño giro al norte...


 Llegué al aeropuerto de Cancún hacía las 6 de la mañana de un miércoles lluvioso después de cruzar una vez más el estado del Yucatán, en un viaje de unas 8 horas en ADO. Me gusta viajar de noche, dejan de poner películas en los monitores del autobús y puedo escuchar mi música en el Ipod tranquilamente mientras descanso. Aunque la verdad es que este último trayecto no fue precisamente el más relajado. Por un lado me sentía emocionada por la nueva aventura que me esperaba, pero mi corazón estaba triste, desolado. Desde que subí al autobús en aquella calurosa ciudad del golfo de México no podía dejar de llorar, la emoción era tan fuerte que decidí sucumbir a ella arropada por la oscuridad del interior del autobús y acompañada por las gotas de lluvia que resbalaban acariciando el cristal de la ventanilla. Necesitaba vaciarme, era demasiado intenso. Ni siquiera era capaz de escuchar las canciones que durante tanto tiempo me habían acompañado en mis tránsitos. Sentí que comenzaba a faltarme el aire, notaba una presión en el pecho. Me recosté en asiento y me puse la capucha de mi chaqueta entregándome al fluir de mis lágrimas, el aire acondicionado me helaba por dentro. 

El hecho de dejar México me resultaba más doloroso de lo que hubiera podido imaginar. Ni siquiera la ilusión de un nuevo viaje y una nueva etapa podía consolarme en ese momento. Mi cabeza no dejaba de recordarme todas las cosas que me habían ocurrido en este maravilloso país… mi corazón repasaba una y otra vez todo lo que había dejado atrás, los capítulos de mi vida que se habían cerrado y todo lo que de nuevo estaba floreciendo. A veces pierdo la noción del tiempo y lo que son meses me parecen una eternidad. Yo había cambiado, y mucho, desde que llegué aquí. Me sentía totalmente desbordada por mis sentimientos contradictorios. Sentía muchas ganas de empezar mi nueva etapa en un nuevo país que no conocía pero a la vez me embargaba la emoción de todo lo vivido y la tristeza de tener que dejar gente y lugares maravillosos. De nuevo los apegos… Lloré durante horas hasta que por fin me quedé dormida. 

Desperté entrando a Cancún, con los ojos hinchados tras mis gafas de sol y menos alegría que de costumbre. Cambié de autobús para llegar de la terminal de la ADO al aeropuerto. Mi vuelo a Florida no salía hasta las 12:20 del medio día así que me dediqué a deambular por el aeropuerto intentando encontrar un lugar adecuado para sentarme y descansar después de arrastrar mi pesado equipaje. En seguida me di cuenta de que ya no estaba en México, no había opción, todos los precios de las cafeterías me parecían extraterrestres. Por dios! 40 pesos por un café? Menos mal que me quedaba en la cartera mi último billete de 200 baros. Al final me decidí por el Starbucks que estaba justo en frente de los monitores con los horarios de los vuelos, cerca de los mostradores donde debía facturar mi equipaje. Pedí un café y me senté en una mesa a pensar que podía hacer en esas 6 horas que quedaban para mi vuelo mientras mi mente seguía volando a los atardeceres de la costa de Oaxaca y a la luz que hay por la mañana en los lagos de Patzcuaro. Descarté rápidamente acercarme a ver la playa de Cancún porque sabía que el taxi iba a cobrarme demasiado caro y además el día estaba lluvioso. Decidí esperar a que abrieran los mostradores para poder deshacerme de mi pesada mochila y luego ya se vería. Hacía las 10 de la mañana anunciaron un retraso de 5 horas en mi vuelo. No me importó demasiado, algo dentro de mí se resistía a dejar México. En cuanto hubo movimiento de empleados en los mostradores de la compañía aérea me situé al principio de la fila para facturar. Parece que el retraso se debía a las condiciones meteorológicas en Estados Unidos. Igualmente quise realizar los trámites lo antes posible dado que seguramente tendría que pagar un extra por mi mochila y además quería pasar los controles de seguridad de una vez para poder relajarme. 

Me atendió una mujer hablando español con un marcado acento americano. Tenía cara de cansada y aburrida así que traté de poner mi mejor sonrisa a ver si así podía librarme de pagar el extra por mi maleta. Después de darle los buenos días le mostré mi reserva y mi documentación. Ella me pidió mi permiso para viajar a los Estados Unidos, la ESTA, y le mostré mi número de expediente del trámite en cuestión pues no había tenido la oportunidad de imprimir el documento completo. Tras comprobar mis datos y mi reserva me preguntó por la dirección en la que iba a estar en Florida. No esperaba esa pregunta hasta llegar al aeropuerto de Fort Lauderdale pero por suerte conservaba la tarjeta que mi amigo Don me había dado con su email, se la mostré, allí estaba la dirección de su casa, en donde me iba a quedar. Entonces me preguntó que cuándo pensaba regresar a España. A España? Uy! Pues no lo sé señorita…. le dije, mis planes son regresar a México en un par de meses... Entonces me miró con atención y me preguntó si no tenía un vuelo de regreso a mi país, a mi país de residencia. Le comenté que no, que a donde pensaba regresar era a México pero que aun no había comprado mi vuelo. Mientras le explicaba todo esto de repente fui consciente de que no tenía vuelo de salida de los Estados Unidos y no se me había pasado por la cabeza que ese era un requisito indispensable para entrar en el país. La señorita me explicó muy pacientemente que no podía darme mi tarjeta de embarque si no contaba con un vuelo a mi país de residencia. Se me pusieron los ojos como platos. No me enfadé ni nada por el estilo, la reacción fue como de… ooh my god!, de repente empecé a sospechar que mis deseos de no abandonar México habían sido escuchados. 

Comencé a pensar en las opciones que tenía mientras miraba a los ojos de aquella mujer y le preguntaba cuánto tiempo tenía antes del embarque. El motivo principal por el que viajaba a Florida era porque me quedaban 24 horas para que venciera mi visa mexicana, o sea, debía salir del país como muy tarde al día siguiente. Calculé que no me encontraba muy lejos de Belice así que eso no tenía por qué ser un problema. En caso de no poder volar siempre podía intentar buscar un transporte que viajara hacía Belice y cruzar la frontera a tiempo. Pero mi amigo Don estaba esperándome en el aeropuerto de Fort Lauderdale e iba a ser una desilusión no presentarme después de haber planeado este viaje desde 2 meses atrás. Mientras reflexionaba sobre todo esto miré de nuevo a la señorita tras el mostrador y le pregunté por las opciones que tenía para volar a Florida. Me dijo que solo presentando una reserva de vuelo a España era posible. El vuelo tenía 5 horas de retraso lo que me daba tiempo para encontrar una solución. Le pedí a la señorita si podía dejar allí mi pesada mochila mientras trataba de arreglar el asunto, ella llamó a un mozo que la pasó detrás del mostrador, ya etiquetada, perfecto. 

Regresé rápidamente al Starbucks, busqué dentro de la funda de mi portátil el ticket del café de la mañana, en él tenía la clave de la conexión wi-fi. Me conecté y comencé a mirar páginas de vuelos a España. Estaba sudando y nerviosa. Resultaba un inconveniente no poder viajar a Florida y tener que buscar opciones para llegar a Belice, sobre todo por el cansancio físico y emocional que tenía en aquellos momentos, así que pensé que lo mejor era reservar un vuelo a España y después, una vez en Florida, anularlo. De repente tuve que salir de mi abatimiento y empezar a tomar decisiones, tenía que solucionarlo. Después de navegar un rato y descartar un vuelo porque el sistema rechazaba mi tarjeta para el pago encontré otro con destino a Madrid en una aerolínea totalmente desconocida para mí pero que ofrecía un precio asumible para mi tarjeta de crédito. Mientras realizaba todas estas operaciones mi cabeza estaba pidiéndole a mis guardianes una vez mas que me ayudaran. Me encontraba en el aeropuerto de una ciudad nueva para mi y no conocía a nadie en cientos de kilómetros a la redonda, tenía 24 horas para abandonar el país y existía la probabilidad de no poder entrar en los Estados Unidos, todo muy normal. 

En menos de una hora tenía un email con la confirmación de un vuelo a España para mediados de Julio, origen New York… no tengo ni idea de por qué elegí ese aeropuerto de salida, pero sonaba bien. De nuevo frente al mostrador le mostré a la misma señorita la pantalla de mi ordenador con la reserva y el número de vuelo, tomó nota y pasó los datos a su pantalla mientras yo observaba como el mozo subía mi mochila a la cinta de equipajes. Después de recordarme que tendría que mostrar de nuevo mis datos al llegar la señorita me recordó la hora en que debía estar en la puerta de embarque mientras me entregaba mi pase junto a mi pasaporte. Guardé mi portátil en el bolso y me dirigí aliviada a los controles de seguridad que daban acceso a la zona de embarque del aeropuerto. Los pasé sin problemas. 

Quedaban aun varias horas para mi vuelo, comprobé que aun tenía algunos pesos así que me senté en un restaurante a tomar una cerveza y tratar de relajarme de la tensión. Definitivamente iba a volar a Florida, ya no había marcha atrás. Comprobé mi correo y vi que mi amigo Don ya estaba enterado del retraso y que estaría en el aeropuerto para recogerme. 

Mientras esperaba repasé el lugar con la mirada, normalmente suelo entretenerme observando mi exterior, intentando adivinar la vida de los que me rodean y se encuentran en ese momento en el mismo lugar que yo, pero esta vez tenía la vista perdida, mis pensamientos repasaban los 3 meses y medio que había estado en Progreso, península del Yucatán. Estar junto al mar es algo que siempre me da mucha paz. Conocí gente estupenda en esa playa, gente que estoy segura de que voy a volver a ver. También fue allí donde apareció Don y surgió la posibilidad de realizar este nuevo viaje. Mi instinto me decía que 3 meses eran más que suficientes en aquel lugar, la energía de aquella playa había conseguido magnetizar mi brújula interior, ese lugar es como un agujero de gusano que se traga la energía, la paraliza, ralentiza el paso del tiempo. Dicen que en esa zona de México fue donde cayó el meteorito que acabó con los dinosaurios… quien sabe, lo que sí puedo decir es que tiene una energía especial que te atrapa si no te das cuenta. Tuve que salir una semana de allí para ver las cosas con más claridad y que la energía volviera a fluir. Y así fue… todo cambió en cuanto comencé a moverme de nuevo… 

La semana que pasé en la costa del pacífico me hizo tomar perspectiva sobre mi momento presente y encontrar de nuevo el hilo de Ariadna que por fin me sacaría del laberinto en el que había permanecido los últimos meses. La mente tiende a perderse en bucles absurdos, a veces hace falta un estímulo externo para sacarte del circulo vicioso de pensamiento. Normalmente hacer algo irracional ayuda, al menos a mí siempre me ha funcionado… Así que crucé la república en un viaje de casi 20 horas para poder ver el atardecer en las playas del pacífico y nadar en aquel océano que un día, años atrás, me perdonó la vida. Visitar lugares en los que había estado en el pasado, con otras personas, en otras circunstancias y siendo yo diferente, recordando el principio del viaje que inicié hacia mi misma hace 11 años fue algo que me llenó de nostalgia y de orgullo por las cosas aprendidas, por las batallas ganadas y algo de dolor por lo que se perdió en el camino. Pero como dice una muy querida hada del Montseny: “hay que dejar que el pasado pase y que perdure lo que no se destruye si uno sabe lo que es y lo defiende con una simple afirmación.”

Seguía en el restaurante del aeropuerto haciendo tiempo mientras consultaba en el ordenador el estado de mi tarjeta de crédito, quería comprobar el cargo de la compañía aérea. Fue entonces cuando me llegó un email a mi bandeja de entrada. Era de la web donde había hecho la reserva del vuelo a España y decía así: “Estimado cliente, la compañía aérea no ha podido confirmar su reserva RMB184XXX, por lo que todos sus datos serán ignorados. Es posible que el importe de su reserva se encuentre temporalmente bloqueado; por lo que le informamos que lo verá abonado de nuevo en su tarjeta en las próximas 24/48 horas.” No daba crédito a lo que estaba leyendo, nunca me había ocurrido que después de recibir el email de confirmación me anularan una reserva. Comprobé los movimientos de mi tarjeta on-line y en efecto ni siquiera aparecía el cargo. Increíble, había tenido una reserva justo el tiempo necesario para pasar los controles del aeropuerto y ahorita había desaparecido por si sola? No me lo podía creer. Decidí buscar un lugar para imprimir el email anterior que tenía de confirmación del vuelo junto con mi ESTA para poder presentarlo al llegar a Florida. No tenían por qué saber que mi reserva ya no existía. De repente también me di cuenta que con todo el trajín la empleada de los mostradores de facturación no me cobró el importe extra por mi mochila embarcada cuando no estaba incluida en mi boleto. Vaya! Agradecí a mis guardianes todo el trabajo que estaban realizando… sentí que todo estaba bien, no debía preocuparme, mis decisiones habían sido las correctas puesto que todo estaba conspirando para facilitarme mi camino. Decidí relajarme y volver a sentir el fluir de las cosas. 

Una vez en Florida la espera para pasar la aduana se alargó casi tres horas. A varios pasajeros que estaban antes que yo, mexicanos, les tocó pasar a una habitación a parte. Yo tuve mas suerte a pesar de que estaba nerviosa, cuando puse mis dedos en la máquina que me tomó las huellas dactilares no podía dejarlos quietos… La agente de aduanas, una mujer de color, me selló el pasaporte después de las preguntas pertinentes, hasta conseguí que se riera con mis explicaciones… Me dio la bienvenida a los Estados Unidos y me indicó por dónde tenía que ir para recoger mi equipaje.

Encontré mi mochila en el suelo, junto a media docena más. Me sorprendió no tener que pasar ningún otro control. Salí con mi equipaje en un carrito e inmediatamente vi a Don caminando por la sala de espera con las manos a la espalda. Después de dejar el equipaje en un bonito hotel cerca de Miami y darme una ducha para relajarme bajé un rato a la calle a fumar. Me senté a observar las luces de las casas al otro lado del lago que había frente al hotel. Y entonces sentí la conexión. Todo lo que me había sucedido hasta entonces estaba conectado de tal manera que hacía posible que me encontrara allí en ese preciso instante de mi vida. Sonreí y di gracias por este nuevo capítulo que estaba a punto de comenzar… un verano en los Estado Unidos…. 

Nur

lunes, 11 de junio de 2012

Calurosas tardes de junio...



Abraza lo nuevo que llega a tu vida,
permite que te muestre su enseñanza,
reconoce tu flexibilidad.
Encontrarás el encanto que el día
te da.

Facebook, Tu mujer diosa hoy.
Imagen by Nur, Longboat Key Beach. Florida  

lunes, 4 de junio de 2012

Flujo constante



Estamos, como dijo Heráclito, en un proceso de flujo constante, nunca permaneciendo iguales, cambiando continuamente, como lo hace un río. Y, como un río, no podemos comprender cómo somos si solo nos concentramos en nuestro lado del ser. Un río siempre envuelve esta tensión entre lo lleno y lo vacio, entre el ser y el no-ser. Si solo nos fijamos en lo lleno, ya no tenemos un río, sino que un lago, que un estanque o incluso un pantano. Si solo nos fijamos en lo vacio, también dejamos de tener un río, tenemos ahora un canal seco, sin movimiento, sin vida propia.

Rafael Echevarria, Ontologia del lenguaje
Imagen by Nur, Aventurec 2011

miércoles, 23 de mayo de 2012

Quiero...


Quiero un día sin horas,
unas horas sin preguntas,
y minutos sin respuestas,
Quiero una tarde con olor a pasto
y sabor a Sol,
Quiero una noche con sabor plateado
de vino añejo y sonidos sutiles,
Quiero lo más simple,
y últimamente lo complejo me acompaña,
Quiero un viaje sin retorno,
sin mochila y mis silencios....
Quiero un comienzo sin termino...
un poco de AIRE sin gastos,
libertad sin sonidos,
y calma con sonrisas.....
eso para Julio
será posible?

Publicado por Antonia en ImaginacióN 
Imagen by Nur, Puerto Escondido 

jueves, 3 de mayo de 2012

Flor de Mayo


Florecen las orquideas 
entre rios, lagos y oasis 
amarillo es el sabor que inunda mis recuerdos
Alli donde todo terminó y empezó de nuevo...

Y ahora, en esta playa de ideas
la prisa estira mis dedos
mientras me sacudo tu ausencia
tratando de alcanzarte...

Nur
Imagen by Nur


sábado, 21 de abril de 2012

Divino femenino...


"Las mujeres guardan en lo más profundo de cada célula de su ser el antiguo conocimiento del divino femenino, aseguran las abuelas. Como sus cuerpos están sujetos a los grandes ciclos de la luna y las estrellas, la sabiduría de las mujeres está conectada con los mismísimos cielos. Su sabiduría natural respecto a los ritmos del nacimiento, la vida y la muerte es mucho más amplia que la de cualquier hombre, y no debería estar nunca sujeta a ninguna religión ni a las leyes judiciales. Recordad, dicen las abuelas, que las mujeres hemos sido bendecidas. Somos infinitamente sabias, creadoras y hacedoras de vida, las portadoras de la semilla de los niños de la Tierra. Debemos ser fuertes y caminar con nuestro poder y nuestro conocimiento innato bajo la protección de los cuatro puntos cardinales. 

Con el mundo al borde de la destrucción, las mujeres deben despertar esta gran fuerza que poseen y devolverle al mundo la paz y la armonía. Cuando hombres y mujeres pongan en movimiento esta inmensa fuerza transformadora femenina de amor incondicional que llevan dentro, se producirá el cambio y una gran curación." 

La voz de las trece abuelas. Carol Schaefer. Editorial Luciérnaga 

jueves, 19 de abril de 2012

El Otro


Por qué mencionar los nombres
de dioses o estrellas,
espuma de un océano oculto,
polen de un jardín recóndito,
cuando lo que nos duele es la vida misma,
cuando cada nuevo día
desgarra nuestras entrañas,
cuando al caer la noche
nos retorcemos destrozados?

Cuándo sentimos el dolor del otro,
alguien a quien desconocemos
pero que siempre está presente,
y es la víctima, el enemigo, el amor
y todo lo que necesitamos
para llegar a ser completos?

Nunca alces tus súplicas a lo oscuro,
no apures la copa de la alegría de un solo trago.
Mira a tu alrededor:
hay alguien, siempre hay alguien,
que respira tu sofoco,
se alimenta de tu hambre
y, al morir, convive
con la mitad más pura de tu muerte.

Rosario Castellanos

martes, 17 de abril de 2012

Hacia adentro...


Que nos vean sentadas a nuestra mesa con mantel de girasoles y luz,
que vean nuestros platos llenos de amor,
de feliz almuerzo, cena,
pan del día en que decidimos no ser quienes querían que fuéramos.

Que vengan que entren los que pensaban que no se podía
que huelan el aroma de la paz en las mañanas,
el sol entrando a raudales por los ojos
y la lluvia a cada instante en nuestras pieles siempre nuevas,
que se den el disgusto de no verse en nuestro espejo
que sigan con sus mentiras de domingos paseando por las plazas...

Publicado por Gal
Fuente: Poesia de Gal
Imagen by Picasso 

domingo, 8 de abril de 2012

Abril...


El río abre las piernas
de una mujer y pasa
la delgadez de abril.

Nieblas. Mundar. Juan Gelman
Imagen by Edward Cucuel 
Fuente: Buenos dias capitán

lunes, 2 de abril de 2012

Laberintos de abril...


No hay minotauro  
ni trampas escondidas 
no hay sombras acechando 
sólo ella 
ella es el laberinto. 

Melima

viernes, 30 de marzo de 2012

Recuerdos...


..."El pasado sólo vuelve cuando
el presente fluye tan armonioso
como la superficie deslizante
de un río profundo.
Entonces se ve a través de la superficie
deslizante de un río profundo.
En esos momentos encuentro
una de mis mayores satisfacciones, 
no en el hecho de estar pensando
en el pasado, sino que es entonces
cuando estoy viviendo el presente más intensamente"... 

Virginia Woolf 
Imagen by Nur

lunes, 19 de marzo de 2012

Disciplina secreta

La casa como barco
en alta mar de junio.
Las calles como trenes
de noche sosegada.

Estas cosas no pasan en el mundo.
Estoy por afirmar
que ahora vivo en un libro de poemas.

Pero si tú me miras,
decidida a existir
desde el fondo templado de tus ojos,
también existe el mundo.
Y muy probablemente
yo acabaré por existir contigo.

Completamente viernes. 
Luis Garcia Montero
Imagen: Les dimanches de La Rochelle FRANCINE VAN HOVE
 

domingo, 11 de marzo de 2012

Con el viento...



Extrañaba el mar. Puedo pasarme horas y horas contemplándolo. Todo a mi alrededor desaparece, mis pensamientos viajan, vienen y van al ritmo de la marea. Pasan las horas y me voy llenando de una agradable paz. La brisa marina amansa a los demonios…

Llevamos tres días desde la entrada del último frente. Tenemos norte. Me encanta ver cómo juegan las gaviotas con el viento. Es fascinante observar cómo planean a su antojo. Parece que les gusta especialmente volar en dirección opuesta a la corriente, no aletean, tan solo corrigen la posición de sus alas con rápidos movimientos y avanzan contracorriente sin aparentes problemas para luego virar el cuerpo y salir disparadas en dirección contraria, empujadas, esta vez sí, por la fuerza del viento. No luchan en ningún momento, avanzan para luego dejarse llevar en un constante ir y venir, como en un juego, formando parte del aire mismo… 

Las gaviotas son las aves más atrevidas que hay por aquí… no dudan en acercarse a los turistas si hay comida de por medio.  También me gusta observar cómo pescan los pelícanos, estos vuelan  más alto que las gaviotas y necesitan aletear algo menos para fluir con el aire. Es increíble cómo colocan su cuerpo para lanzarse empicado al agua. Aunque los días que hay tanto viento el mar está revuelto y no es tan fácil localizar las presas, por lo que hay menos movimiento. En las alturas vuelan otras aves, son como albatros, pero aun no he conseguido que nadie me diga cómo se llaman esos misteriosos pájaros. Oscuros y con una envergadura de alas mucho mayor, apenas aletean para desplazarse y, a diferencia de las gaviotas, su vuelo se observa mucho más sutil y armonioso. A veces solo son un puntito negro en las nubes pero cuando tienes suerte y los puedes observar de cerca te das cuenta de que su tamaño real es enorme! Cuando planean sus alas tienen forma de V bastante marcada, imagino que eso les ayuda a aprovechar muy bien la fuerza del viento. 

Richard Bach decía en su famosa obra “Juan Salvador Gaviota” aquello de “tu cuerpo, de extremo a extremo del ala, no es mas que tu propio pensamiento en una forma que puedes ver. Rompe las cadenas de tu pensamiento y romperás también las cadenas de tu cuerpo”. Eso es lo que los vientos del Yucatán me están recordando.

Llevo instalada en Progreso, península del Yucatán, aproximadamente desde mediados de febrero. Después de dejar Aventurec y la maravillosa reserva del Filobobos estuve viajando por la república. Regresé unas semanas a Catemaco, en los Tuxtlas, tras comenzar el año en Distrito Federal y visitar algunos estados que aun no conocía, como Michoacán, Jalisco o Yucatán, donde ahorita me encuentro. Fueron visitas cortas pero intensas, México no deja de sorprenderme y atraerme…  Me encanta el momento en que llegas a una nueva ciudad sin saber exactamente qué te aguarda… cuales serán las sorpresas que esconden sus rincones…

Ha sido un comienzo de año intenso a todos los niveles. Dejé Aventurec una semana antes de lo que mi instinto predijo hace ya meses. Vamos afinando. Pero no me imaginé el torbellino en el que me iba a sumergir posteriormente. Los ocho meses que pasé en la reserva del Filobobos me prepararon para los siguientes capítulos de esta aventura, ahora lo sé. Le debo mucho al rio y a los maestros que allí me enseñaron a navegarlo. El rio me ha dado muchas buenas y enriquecedoras enseñanzas que espero no olvidar nunca. Ha sido un privilegio conocer la gente que vive a través de los ríos del mundo, son espíritus libres. Encontré una familia en ellos y como tal, siempre los llevaré en mi corazón. Espero y deseo que nuestro caminos vuelvan a encontrarse muy pronto.

Tras un par de volteadas en los rápidos que el destino me tenía preparados decidí parar y descansar. Busqué aguas tranquilas en Xalapa, donde me instalé por un par de semanas en una bonita casa en el barrio de las ánimas donde una amiga catalana, Montse, que conocí en Catemaco  tenía rentada una habitación. En la casa vivía otra chica, Ere, universitaria, con la que compartíamos platos de pasta, momentos sushi, pláticas en la cocina, fiestas con los vecinos y alguna que otra clase de yoga. La verdad es que a veces se agradece la compañía. Creo que me llegó en el momento en que lo necesitaba y estoy agradecida. Me lo he pasado muy bien, las noches Jalapeñas pueden resultar sorprendentemente deliciosas…

Dice una querida amiga: “No siempre es fácil adaptarse a los cambios internos porque las personas que siempre te han conocido de una determinada manera pueden verte diferente y ello las desconcierta. Llega ese momento en el que los demás te ven distinto, en realidad mejor, porque eres más fuerte e intentan llevarte de nuevo al terreno antiguo. Tu sabes que no puedes, y aquí hay un gran trabajo, porque para los que siempre has sido cuadrado ahora eres redondo y ellos quieren que sigas siendo cuadrado. Cuesta bastante gestionar todo esto sin dejar de perder personas de "confianza", pero es también un aprendizaje y en todos los aprendizajes hay pérdidas y dolores, precisamente para eso, para aprender. No se acaba nunca y hay momentos mas duros que otros, pero no se puede mirar atrás y solo hay un presente donde vivir. Siempre se va aprendiendo, pero jamás se deja de aprender.”

No podría haber descrito mejor lo que me ha tocado trabajar estos últimos meses. Y aunque el trabajo del desapego sigue constantemente presente mantengo la conexión con mi brújula interior. El problema es cuando esta señala dos nortes diferentes… pero eso será otra historia…
Una vez repuesta la energía que gasté en todo este último proceso dejé Jalapa para llegar a Progreso tras viajar más de 20 horas en ADO, una de las principales compañías de transporte de autobús en México y en la que debería tener suficientes millas como para dar la vuelta al planeta… Progreso es una pequeña ciudad en la costa del Yucatán, a 40 minutos de Mérida. Eso si no hay tráfico, en caso contrario tardas una hora… Hacía tiempo que quería conocer esta parte del mundo. Siempre que miraba un mapa y veía esta península sobresalir del continente americano, dándole forma al enorme golfo de México, me imaginaba visitándola algún día. Pues bien, ya estoy aquí.

Llegué a Progreso gracias a Anuska y Román, dos amigos de Barcelona que tenían rentada una casita cerca de la playa de esta pequeña ciudad yucateca. Vine de visita y ellos me acogieron. Fueron grandes tardes poniéndonos al día de nuestras últimas aventuras. Ellos partieron de España hace unos tres años. Agarraron un velero y se echaron al mar… a navegar los mares del mundo! El destino quiso que nos reencontráramos en el Yucatán. Siempre que oigo las historias de los marineros que han cruzado el océano me dan ganas de emprender aventura en un barco… quién sabe si quizás algún día pueda vivirlo… De momento os recomiendo un entrañable libro escrito por Román… “La gata Marina”, basada en la historia de una gata que una vez cruzó el océano…

Por medio de mis amigos conocí a Remko, un holandés afincado en México desde hace 15 años. Se separó de su mujer, ella se quedó el negocio… y los 4 hijos… Ahora Remko emprende camino por su cuenta y recién empieza otro Bar-Restaurante en el malecón de Progreso. Es un lugar no muy grande pero bien situado. Vive en una casa que tiene justo detrás del negocio, se comunica por medio de un patio con la cocina del restaurante. Es una casa grande, de seis habitaciones. Colaboro durante el día en el negocio y a cambio tengo derecho a una habitación con baño y comida. También me quedo las propinas. No es mucho pero lo justo para los gastos del día. Progreso es un puerto donde llegan cruceros dos veces por semana, que son los días en que hay mas clientes.

Llevo pocos días por acá y aun no me he establecido ninguna rutina pero los días van tomando forma. Me levanto temprano, saco las mesas y las sillas a la terraza, pongo las sombrillas y preparo el café. Cruzo la calle y llego a la playa, me doy un baño, nado un rato lo más hacía dentro que puedo buscando algo de profundidad…  Salgo y me tumbo diez minutos al sol. Regreso a mi habitación, me doy una ducha y salgo de nuevo a la terraza. A primera hora suele llegar Lou, un americano que vive aquí hace ya mucho años, ex militar. Estuvo en Vietnam. Ahora se dedica al trapicheo, puede conseguir cualquier cosa que le pidas… Tomamos café en la terraza mientras observamos cómo está la mañana, si el mar está tranquilo, si hay mucho aire… Lou siempre tiene alguna historia que contar y aunque a veces sea la séptima vez que te la explica no deja de sorprenderme. Su vida parece sacada de una película…

A lo largo del día van circulando diversos personajes por el bar. Clientes habituales la mayoría ya que el negocio aun no tiene la licencia para poder vender alcohol. Pero los que aquí se juntan se compran las cervezas en la tienda de al lado. Este lugar me recuerda a la serie “Cheers”, recordáis?  Aquel bar en el que se juntaban los borrachos de barrio, cada uno tenía su historia… Pues aquí es un poco lo mismo. Lo más impresionante ha sido conocer a un juez gringo que trabaja en un estado en el que se practica la “inyección letal”. O por ejemplo a una mujer norteamericana que a los 16 años tocaba el violín en Rusia, tiene una carrera militar de 27 años en el ejército yanqui  y un ex marido árabe… ahora vive retirada en México…

Cuando no hay gente o todo el mundo está atendido me siento en la terraza y observo el mar. Los vientos me han traído hasta aquí. La ciudad se llama Progreso, curiosamente. No sé muy bien qué es lo que está por venir así que procuro tomármelo con calma, descansar y disfrutar de este pequeño paraíso yucateco. De momento parece que la próxima enseñanza está en el viento. He conocido a Sara y Fabricio, dos instructores de Kitesurf.  El Kite es un deporte que combina el viento con el mar. Vas sobre una tabla impulsado por la fuerza que el viento ejerce sobre una vela que va amarrada a un arnés que llevas en la cintura, la vela tiene una altura variable de mas de 10 metros. A cambio de ayudarles cuando empiecen los cursos con los clientes me han ofrecido aprender a Kitear… Ya llevo un par de clases y la verdad es que me está gustando. La técnica requiere bastante práctica pero es muy emocionante sentir que puedes apoyarte en la fuerza del viento para surfear sobre las olas. De momento estoy practicando el manejo del papalote (la vela) en la orilla, aun no me he puesto sobre la tabla. Pero la adrenalina que siento me encanta. Intentar poner la vela donde tu quieres es todo un reto en el que el contrincante es una fuerza de la naturaleza… o visto de otra manera… el contrincante eres tu misma… La adrenalina me ayuda a estar presente, a vivir el momento y no estar dispersa en varios pensamientos y fantasías. Me ayuda a centrarme.

Por las tardes suelo fregar los trastes de los clientes que han venido a comer. Remko es el Chef, yo le ayudo si le hace falta algo y recojo después. Suelo tener muchas horas para mí. Si no voy a clase con Sara aprovecho y doy una vuelta en bicicleta por el malecón. Me gusta ver cómo cambia la luz en el cielo al atardecer. Los fines de semana tenemos visitantes mexicanos, la mayoría viven en Mérida. Los días de crucero están llenos de americanos y canadienses. Cuantos más turistas mas vendedores, puestos de helados, elotes, dulces, globos, azúcar de colores… Me encanta sentarme por la tarde a observar el tránsito de gente por el malecón, es como ver una película que nunca termina…

Y por la noche suelo retirarme temprano. Últimamente no me concentro en la lectura así que veo más películas. Tengo una habitación grande, con ventilador, lo cual se agradece más que por el calor por los pinches mosquitos… y yo que creía que después de Aventurec  estaría ya vacunada…
Si es una noche de viento el mar se agita y entonces puedo oírlo mientras duermo. Es un regalo, nunca había vivido en un lugar en el que pudiera dormir acompañada del rumor de las olas…
Dejo que pasen los días, algo me ha traído hasta aquí. Toca trabajar la aceptación. No sé cuánto tiempo permaneceré en este lugar, depende del viento…

Parece que lo que ahora toca es seguir aprendiendo. Aprendí del rio, ahora toca aprender del mar, del viento y de las nubes. Como alguien cantaba… “hay nubes de amor que nunca se las lleva el viento”

Imagen by Nur
Nota: acabo de averiguar que los pájaros a los que me refiero se llaman  "Fragatas" ...

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