Estamos, como dijo Heráclito, en un proceso de flujo
constante, nunca permaneciendo iguales, cambiando continuamente, como lo hace
un río. Y, como un río, no podemos comprender cómo somos si solo nos
concentramos en nuestro lado del ser. Un río siempre envuelve esta tensión
entre lo lleno y lo vacio, entre el ser y el no-ser. Si solo nos fijamos en lo
lleno, ya no tenemos un río, sino que un lago, que un estanque o incluso un
pantano. Si solo nos fijamos en lo vacio, también dejamos de tener un río,
tenemos ahora un canal seco, sin movimiento, sin vida propia.
Rafael Echevarria, Ontologia del lenguaje
Imagen by Nur, Aventurec 2011
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