Tranquilamente sentado con su amigo, ambos frente a la puerta, Bokuden llamó a su hijo mayor. Cuando éste se encontró delante de la puerta, se detuvo en seco. Después de haberla entreabierto cogió el vaso antes de entrar. Entró, cerró detrás de él, volvió a colocar el jarro sobre el borde la puerta y saludó a los dos Maestros.
-Este es mi hijo mayor -dijo Bokuden sonriendo-, ya ha alcanzado un buen nivel y va camino de convertirse en Maestro.
A continuación llamó a su segundo hijo. Este deslizó la puerta y comenzó a entrar. Esquivando por los pelos el jarro que estuvo a punto de caerle sobre el cráneo, consiguió atraparlo al vuelo.
-Este es mi segundo hijo -explicó al invitado-. aún le queda un largo camino que recorrer.
El tercero entró precipitadamente y el jarró le cayó pesadamente sobre el cuello, pero antes de que tocara el suelo, desenvainó su sable y lo partió en dos.
-Y este -respondió el Maestro- es mi hijo menor. Es la vergüenza de la familia, pero aún es joven.
Arriba: escritura ideográfica Kanji (caracteres chinos
usados en la escritura japonesa) que representa el Chi
(pronunciaciòn china) o Ki (pronunciación japonesa),
cuyo signicado es poder, energía, vibración, la esencia
de la vida y el espíritu. Este caracter se halla por
ejemplo, en la nomeclatura de Aikido y Kiai
sábado, 1 de diciembre de 2007
Kanji Chi
Bokuden, gran Maestro de sable, recibió un día la visita de un colega Con el fin de presentar a sus tres hijos a su amigo, y mostrar el nivel que habían alcanzado siguiendo su enseñanza, Bokuden preparó una pequeña estratagema: Colocó un jarro sobre el borde de una puerta deslizante de manera que cayera sobre la cabeza de aquel que entrara en la habitación.
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