viernes, 18 de enero de 2008

Los ocho peligros (II)

3.El incendio forestal: el odio, la ira

Esta es una trampa en la que caemos con tal celeridad que amenudo tiene demasiada fuerza para poderla evitar. Un ascua diminuta prende y en cuestión de minutos el conato de incendio se convierte en un muro de llamas ardientes. Y es dificil detectarlo porque lo normal es que no estemos preparados. Muchas personas creen que para ser pacíficas basta con compremeterse en serio con el amor y la bondad, pero esas enseñanzas de amor y bondad que tanto nos motivan, dificilmente nos van a ayudar cuando las chispas empiecen a saltar.
Lo importante es entender que la energía de la ira puede aparecer en cualquiera de los tres niveles de nuestro ser o en los tres a la vez: cuerpo, corazón y mente -físico, emocional y mental. A menos que nos preparemos para plantarle cara en todos esos niveles, nunca podremos luchar con ella. Solo con pensamientos de amor no basta. Porque cuando intentamos mantener una actitud cariñosa con los demás, qué hacer con la ira que ya nos hemos metido en el cuerpo? A dónde va sino a añadirse al carburante que tenemos almacenado bajo llave?. Si no hacemos nada al respecto, nos vamos a convertir en combustible, en explosivos.
La violencia es realmente el tema central de nuestra naturaleza, y si no le plantamos cara, tarde o temprano se va a dejar sentir independientemente del camino que hayamos escogido y del maestro que sigamos.
En el trabajo con la ira podemos empezar por simplemente reconocer que cada vez que nos sentimos amenazados tenemos el potencial de reaccionar como una bestia salvaje en defensa de su territorio y que ese esquema de comportamiento está firmemente arraigado en nuestro ser. La pregunta es: podría ser distinto? Podemos ir mas allá de esa reacción primaria?
La belleza de las artes marciales consiste en proporcionarnos los medios para explorar el terreno existente entre la represión y la explosión de la energía colérica que mora en nuestro interior. Mediante la disciplina llegamos a entender la dinámica de nuestra violencia, y ese es el primer paso hacia la propia curación.
Entrenar es uno de los pocos medios de los que disponemos para ayudarnos a soltar conscientemente lo que hemos encerrado en nuestro cuerpo y así dejarlo respirar. Este puede ser el primer paso en la curación de la ira y el odio. Así es cómo aprender a la larga a canalizar pasión hacia la paz.

Tew Bunnag

Rabia y miedo: dos caras de la misma moneda

La rábia es, como el resto de las emociones, útil. Te puede aportar ese plus de energía que necesitas para actuar. La rabia también funciona protegiéndote de caer en la tristeza, depresión o el miedo. Gracias a la rabia y al miedo hemos podido sobrevivir como especie.

Jordi Joan Serra

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