lunes, 31 de marzo de 2008

El mundo interior

'Cuando abro mis ojos al mundo exterior, me siento como una gota de agua en el océano; pero cuando cierro mis ojos y miro interiormente, veo el universo completo como una burbuja levantándose en el océano de mi corazón.'

Hazrat Inayat Khan 'La Sinfonía Divina'

Todo está en ti


"Conocí el bien y el mal, pecado y virtud, justicia e infamia; juzgué y fui juzgado, pasé por el nacimiento y la muerte, por la alegría y el dolor, el cielo y el infierno; y al fin reconocí que yo estoy en todo y todo está en mi".

Hazrat Inayat Khan

Ramtha - La abundancia


“Para obtener cualquier cosa debemos disolver todo lo anterior, y eso lo hacemos pensando únicamente lo que deseamos ser, y no lo que ya fuimos.

Vuestra humanidad tiene que extenderse hasta el punto que entienda que está en un lugar imaginario, y que no regre­sará para recoger viejos hábitos aunque ello signifique un estado de seguridad. ¿Cuántos de vosotros entendéis eso? Pero tenéis que estar en ese lugar. Visualizar en vuestra mente que está ocurriendo una desintegración — ¿estáis escuchan­do?— una desintegración. Ahora, pensad en ella de este modo. Antes de que pueda emerger la mariposa tiene lugar una desintegración completa de casi toda la oruga, excepto de su cerebro y su espíritu. El cerebro se transforma cuando piensa solamente como si fuera la mariposa, porque ese es el sueño. El sueño es la nueva red neuronal. De este modo todo lo viejo en lo que se tenía que pensar antes ya no se piensa, y entonces se disuelve.

No se os está poniendo a prueba. Estáis abarcando todo un abismo de transformación. Podéis daros la vuelta y retro­ceder en cualquier momento. Es vuestra elección. Para aque­llos que tienen las agallas de seguir adelante a pesar de todo lo demás y sostienen el sueño, si todo se disuelve, se volverán a formar como la mariposa en el otro lado. Y tienes que sostener ese sueño sin personas, lugares, cosas, momentos y sucesos. Ello significa que el sueño tiene que ser puramente de una mariposa sin ninguna semejanza a la oruga. Y del único modo en que conseguiremos la mariposa será soñán­dola sin ninguna conexión con su vieja realidad. Ahora, es en eso en lo que vais a trabajar…”

Ramtha
Fotografia tomada una noche en la selva amazónica, brasil 2006

domingo, 30 de marzo de 2008

Jack, el tonto...


Cómo nos cambia el Aikido?

Generalizando, la aplicación de las formulas (cuerpo) y los principios (mente) del Aikido fuera del Dojo es realmente el desafío del cambio.

Cuando tenemos un enfrentamiento verbal y conflictivo, ¿podemos verbalmente entrar, armonizar y redirigir el conflicto sin usar la fuerza en la forma de miedo o ira?
¿Vemos o sentimos compasión y la conexión entre nosotros y las personas quienes no simplemente piensan diferente sino que se oponen violentamente a todo lo que creemos y defendemos?
¿Han cambiado las prácticas físicas en el Dojo nuestra forma de pensar acerca del mundo y de nosotros mismos?


Si el Aikido ha cambiado nuestros corazones y mentes, entonces hemos practicado
bien. Si aun estamos en la línea de ataque y tomamos todo lo dicho o hecho en forma personal y seriamente, entonces quizás necesitemos practicar más, focalizándonos en el intento de cambiar nosotros mismos en lugar de derrotar a nuestro enemigo, oponente o a nuestro compañero de práctica.

Lynn Seiser

viernes, 28 de marzo de 2008

El escorpión y la tortuga

Hace algún tiempo, una pequeña tortuga se encontraba retozando en un riachuelo disfrutando de una soleada mañana, sin ninguna preocupación, al poco tiempo escucho que una voz la llamaba desde una de las orillas del río -Tortuga, tortuguita, ven por favor-, como todos sabemos, las tortugas de río son básicamente animalillos de buen corazón, así que sin dudarlo un segundo la tortuga se acerco confiadamente a la voz que la llamaba.

Al llegar a la orilla del río, la tortuga se llevo un gran susto al advertir que el dueño de la voz que la llamaba era un escorpión negro, como todos sabemos esos animales son extremadamente peligrosos por lo que la tortuga (ingenua al fin y al cabo) le pregunto sin acercarse a la orilla:

-Que quieres de mi escorpión?- a lo que el otro respondió .

-Pequeña tortuga, tengo una urgencia y debo cruzar hacia el otro lado del río, serias tan amable de ayudarme a cruzar llevándome sobre tu lomo?-

La tortuga solo tardo un instante en pensar que ahí había gato encerrado y rápidamente le contestó:

-No te llevo, por que eres un escorpión y en cuanto me acerque a ti, me vas a picar y me vas a matar-

Al escuchar estas palabras el escorpión rompió a llorar a mares y usando un tono lastimero le dijo a la tortuga:

-En verdad necesito cruzar al otro lado y no tengo tiempo para dar un rodeo, es una pena que no me quieras ayudar solo por que soy un escorpión, yo no tengo la culpa de ser lo que soy-

La pobre tortuga, que era de buen corazón, estuvo a punto de ayudarle al escuchar el llanto del que pedia su ayuda, pero recordó los escorpiones son animales que son capaces de picar a otro y matarlo solo por placer, así que comenzó a alejarse y le dijo al escorpión:

-Lo siento mucho, pero no debo de ayudarte, por que me matarías-

El escorpión desesperado le dijo:

-Tortuguita, por favor espera, te propongo lo siguiente; Tu sabes que yo no se nadar verdad?-
-Si- Contesto la tortuga un poco intrigada.
-Y sabes también, que lo único que a mi me interesa es cruzar al otro lado verdad?-
-Si- Dijo una vez mas la tortuga.
-Pues entonces que te parece si solo te acercas a la orilla lo suficiente para que yo pueda llegar a tu lomo mediante un salto, de ese modo estarás segura de que no te puedo picar cuando te me acerques, también estarás segura de que no te puedo picar cuando me estés llevando, por que si te hundes tu, pues yo también me hundiría y moriría junto contigo, además al llegar a la otra orilla me dejas a la distancia justa de un brinco y si desperdicio mis fuerzas en tratar de picarte, pues no voy a llegar a la orilla y me voy a ahogar- Dijo el escorpión y por último agregó -Por favor tortuga, por favor hazme ese gran servicio, sabes que si te pico pierdo yo tanto o más que tu-

La pobre tortuguita no sabia que hacer y repaso mentalmente el plan del escorpión y pensó para sus adentros “Debe estar muy desesperado para pasar al otro lado ya que esta poniendo su vida en mis manos” y sin mas, se decidió. -Esta Bien- Dijo -Súbete, te llevo-.

El escorpión muy agradecido salto a lomos de la tortuga y esta inicio su recorrido silbando una alegre melodía, sin embargo al llegar a la mitad exacta del río la tortuga sintió el terrible piquete del escorpión en la base de su cuello, atónita al tiempo que sentía como su cuerpo se entumecía y comenzaba a hundirse solo pudo voltear a ver al escorpión y preguntarle -Que paso?- a lo que el escorpión respondió antes de ahogarse -No lo pude evitar, es mi naturaleza…-

El escorpión no pudo dejar de ser fiel a si mismo...


La sabiduria del águila

El águila es el ave de mayor longevidad entre las criaturas de su especie. Vive 70 años. Pero para alcanzar esa edad, al llegar a los 40 debe tomar una seria y difícil decisión: sus uñas están apretadas y flexibles y no consigue aferrar a sus presas de las cuales se alimenta. Su pico largo y puntiagudo se curva, apuntando contra el pecho. Sus alas están envejecidas y pesadas y sus plumas, gruesas, ¡Volar se le hace ya muy difícil!.



Entonces el águila tiene solamente dos alternativas: morir o atravesar un doloroso proceso de renovación que dura 150 días. Ese proceso consiste en volar hacia lo alto de una montaña y quedarse ahí, en un nido cercano a un paredón, en donde no tenga necesidad de volar. Entonces el águila comienza a golpear su pico contra la pared hasta conseguir desgarrarlo y arrancarlo. Debe esperar el crecimiento de uno nuevo, con él que desprenderá una a una sus uñas. Cuando las nuevas uñas comienzan a crecer, tendrá que desplumar sus plumas viejas y esperar a que renazca su plumaje. Después de cinco meses, emprende su vuelo de renovación y ... ¡a vivir 30 años más!

Todos llegamos en algún momento de nuestras vidas a una situación de quiebre: o hacemos el gran esfuerzo de transformarnos, o estamos condenados a morir. Y cuidado que a veces la muerte es lenta, y agonizante.
La transformación consiste en primer lugar en hacer un alto en el camino, tenemos que "guardarnos" por algún tiempo. Volar hacia lo alto y comenzar un duro proceso de renovación. Tenemos que desprendemos de esas viejas uñas y plumas que ya no nos sirven para nada y emprender un vuelo de renacimiento victorioso. Desprendernos de actitudes, vicios, costumbres y recuerdos que nos causan dolor y nos impiden el cambio. Que nos atan al pasado, a la mediocridad, a la falta de ánimo para reiniciar la lucha.

Fuente: entrenando aikido

jueves, 27 de marzo de 2008

Boi...

Un poco de video para poner los dientes largos...
Quien se apunta a un sube-baja antes de que cierren?

Me dice Frede que en la Masella alargan hasta finales de abril...



Segun como no tira con el Mozilla... utilizar el explorer si os pasa...

miércoles, 26 de marzo de 2008

Boi Taull 2008

Pues si, ya estamos de vuelta...
Han sido unos dias fantásticos. Llegamos a Boí... un hermoso pueblo del pirineo...

Y por la mañana, al correr las cortinas de la habitación nos encontramos con semejante panorama... ni en mis mejores sueños! PAQUETOOOON....

Asi que después de vestirnos a toda pastilla nos dispusimos a disfrutar del día!

Y cuando el tiempo lo permitió, cogimos los esquis y a coger aiiiireeeee !!!

En fin... que no hay palabras... Han sido unos dias geniales.
Gracias Tania, Setxi, Frede y Marianne por la compañia.
Que tiemble Boi Taull el año que vieneeee!



jueves, 20 de marzo de 2008

miércoles, 19 de marzo de 2008

Ostara 2008


Ostara es la segunda etapa energética del año. Su nombre proviene de la Diosa Eostre quien era la Diosa de la fertilidad y a quien los Celtas llamaban La Señora (The Lady). Pero Eostre y Ostara tienen la misma raiz de la palabra “east” (Este) y como sabemos, el Sol sale por ese punto cardinal.

Ostara se inicia con el Equinoccio de Primavera, esta es la primera oportunidad del año en que el Día es igual a la noche; con la particularidad de que el Día (la Luz) está creciendo y la Noche (la oscuridad) está muriendo. Este es el momento de Despertar. La Luz está con nosotros y nos guiará. La Tierra esta pariendo nueva vida y todo se cubre de esperanza. La vida está naciendo. Es tiempo para comenzar a actuar. Para poner en acción los proyectos que planeamos en Imbolc. Es tiempo de reencuentro, tiempo de equilibrio, de renovación. Ahora es propicio comenzar cosas nuevas y aprender a comunicarnos con el mundo.

Ostara coincide con la celebracion de Easter (Pascua); es otra casualidad la semejanza en los nombres. Durante Easter son tradicionales los Huevos de Pascua los cuales pintamos con colores alegres y obsequiamos a las personas que queremos. El huevo simboliza creación y los colores alegria; asi, cuando damos un Huevo de Pascua, estamos ofreciendo nuestro Deseo de que la otra persona tenga vida (creación) alegre.

Otras coincidencias (?) curiosas: Como expresé antes los Celtas llamaban a la Diosa Eostre, The Lady y celebraban su día el 21 de marzo llamándolo Lady Day. Tradicionalmente se establecía que el Lady Day era un día para recibir solo buenas noticias. Casualmente, el 25 de Marzo los católicos celebran la Anunciación del Señor, el día en que el Arcangel Gabriel se le presenta a María anunciándole la venida de Jesus a través de ella. La tradición celta tambien establece que The Lady luego de el Lady day (21 de Marzo), baja al centro de la Tierra para luchar contra los demonios que impiden que la naturaleza produzca en abundancia y “reaparece triunfante” al tercer día (!!!), osea el 25 de Marzo!!!. Les suena conocido la historia que dice…"y descendio a los infiernos y resucitó al tercer día.." ???.

Debo aclarar que los Celtas (quienes son descendientes de los Sumerios) mantenían esta creencia unos 2000 años antes del nacimiento de Jesús. A los que les gustan las cosas curiosas, les recomiendo que indaguen y lean sobre quienes fueron los Sumerios, sorprenderan con lo que consigan.

¡Benditos seais! ¡Feliz Ostara!


Diez métodos para resolver un conflicto

· Mantente fresco cuando otros estén furiosos y pierdan la cabeza. Tú tienes el control sobre tus emociones, no lo pierdas. No se trata de no demostrar tu molestia, sino de hacerlo mesuradamente, sin después arrepentirte de una acción cometida en un momento de descontrol.

· Recuerda que cada discusión tiene al menos tres puntos de vista: el tuyo, el del otro y los de terceros, los cuales probablemente están más cerca de la objetividad. Siendo más versátil y viendo las cosas desde la perspectiva de los demás, enriquecerás tu propio punto de vista.

· Espera a calmarte antes de hablar

. Ten en cuenta que la relación es más importante que la discusión. Dale más relevancia a las personas que a las opiniones.

· Trata a toda persona con la cual tengas contacto como si fuera un pariente rico, de quien esperas ser incluido en su testamento. Nunca te arrepientas de tratar muy bien a la gente. Es el mejor negocio en todos los sentidos.

. Busca el lado positivo y agradable, aún de las situaciones más complicadas y dolorosas. Es una disciplina que te ayudará a pasar más fácilmente los momentos difíciles, y a convertir los problemas en oportunidades.

· Establece el hábito de hacer preguntas y sobre todo, de escuchar las respuestas. Pregunta antes de reaccionar. Algunas veces disparamos y después preguntamos. También preguntamos, pero escuchamos para contestar, y no para tratar de entender.

· No hagas o digas nada que pueda herir o hacerle daño a otra persona. Aférrate al proverbio que dice que todo lo que uno haga, se devolverá. La gente no recuerda tanto lo que tú dices o haces, sino la intención con la que lo haces.

. Sé consciente de la diferencia entre análisis amigable y crítica destructiva. Observa si el propósito de tus palabras es ayudar, desahogarte o hacer daño.

· Ten presente que si toleras a los demás, ellos también serán pacientes contigo en los aspectos no muy gratos de tu personalidad.

· El verdadero líder sabe reconocer sus errores y aceptar responsabilidad. No olvides que un conflicto bien manejado fortalece la relación, y te ayuda a aprender de las diferencias.

Napoleon Hill

Feliz dia papi !


Un beso muy grande papa.
Y... aupa Racing !

martes, 18 de marzo de 2008

Escuchar

¿Has escuchado la voz del silencio? Cuando escuchamos estamos conectándonos con otras personas o con nosotros mismos. Cuando escuchamos estamos tratando de entender y mostrando nuestro interés en otras personas. Escuchar es desligarnos de nuestro egoísmo y poner o otros primero. Escuchar no garantiza el entendimiento, pero sin escuchar primero es imposible entender. Cuando queremos entender primero debemos escuchar. Aunque parezca sencillo y es algo natural a veces es difícil escuchar.

Existen varias razones para ello. Una de ellas es la impaciencia. Cuantas veces no dejamos que la otra persona termine las oraciones por el contrario las terminamos por ella. Lo mismo sucede cuando no prestamos atención a la otra persona. A nadie le gusta hablar sin que lo escuchen.


Es no solo falta de respeto, interés y aprecio es también un símbolo de nuestra personalidad. Algunas otras veces no queremos escuchar porque no queremos que nos digan cosas que no nos gustan o que retan nuestras creencias.

¿Te gusta escuchar? ¿te gusta ser escuchado? A todos nos gusta lo segundo, pero ¿podemos ser escuchados sin escuchar? Algunas veces si podemos ser escuchados sin escuchar. Pero esta no es una actitud positiva. Si no escuchas estas dejando de comprender, sin comprender estas mal informado y estas corriendo el riesgo de juzgar y tomar decisiones equivocadas. Te ha pasado alguna vez que debido a haber puesto atención, o tratado de entender has cometido errores ¿crees que pudieras haberlos prevenido?

Escuchar a otros es un placer y al mismo tiempo una característica esencial para vivir en sociedad. Es el principio de la comunicación. Escuchar es un privilegio y una obligación. Escucha, escucha a otras personas y escúchate a ti mismo.

Fuente: Entrenando Aikido

El cuerpo es mas sabio que la mente


Como parte de un equipo interdisciplinar de médicos y psicólogos, María Micaela Saura parte de la base de que el individuo enferma por una serie de incongruencias entre lo que el cuerpo experimenta y todo cuanto pensamos, sentimos y hacemos. Aboga por una cierta ecología entre la propia naturaleza y las relaciones que establecemos tanto con nosotros mismos como con los demás. «Después de algunos años trabajando con el cuerpo humano he podido comprobar que el origen de las tensiones musculares que todos experimentamos no siempre es físico».

Su propósito no es otro que el de relacionar lo parece inseparable: el cuerpo de la mente. Aunque a veces fija el dedo índice en el cuello, a modo de cuchillo, y profiere con una sonrisa: «si pudiéramos separar la cabeza de los hombros por un instante veríamos cuántos mensajes espontáneos, sublimes, estupendos, el cuerpo origina e interpreta sin que nuestra estricta conciencia sea consciente».


Hoy se lleva eso de hacer todo lo que te pida el cuerpo.
Eso dicen, pero pocas personas lo llevan verdaderamente a la práctica. Tal vez sólo los niños, además de los animales… El ser humano necesita expresar sus emociones de una forma mucho más espontánea de como lo hacemos los adultos. Es algo innato que, por un aprendizaje tan convencional como represor, acabamos olvidando. Lo malo es que luego el propio cuerpo nos pasa factura.

¿El cuerpo castiga nuestra falta de espontaneidad?
Las emociones van siempre acompañadas de una cierta conmoción somática. Me refiero a emociones tan genuinas como el miedo, la tristeza, la rabia o la alegría. Cada emoción se refleja en distintas partes del cuerpo humano. El miedo, por ejemplo, aumenta la presión ocular, contrae la musculatura profunda del cuello, los glúteos; la respiración queda bloqueada (a menudo, también el hipo) y aumenta la frecuencia cardiaca. La tristeza abate la musculatura facial, contrae los pectorales, pone la cadera en retroversión y origina un decaimiento físico ostensible.


¿Y ante el dolor?
Ante el dolor o sufrimiento (los médicos prefieren hablar de dolor agudo o crónico) también aparece un aumento de la frecuencia cardiaca, tensión muscular que suele agravar el cuadro de una determinada lesión, a la vez que se liberan gran cantidad de neuropéptidos en la sangre. La rabia contrae los maseteros [músculos encargados del movimiento de las mandíbulas] y la musculatura interescapular. Tensionamos las extremidades y es característica la forma de cerrar los puños o patear el suelo; a veces incurrimos en lo que denominamos retroflexión, pegar un golpe a la mesa o a la pared con la que expresar la ira que sentimos… La alegría activa muscularmente todo el cuerpo, nos hace sentir deseos de bailar y aumenta también la frecuencia cardiaca.

Salvando la alegría, ¿no debiéramos reprimir las emociones tenidas socialmente por malas? «Emociones tan genuinas como el miedo, la tristeza, la rabia o la alegría, se reflejan en distintas partes del cuerpo humano» Resulta paradójico que nos encante ver a un crío brincando de emoción cuando recibe una noticia placentera y que lo riñamos cuando expresa su ira gritando, llorando o ejecutando una pataleta. Independientemente de cómo estemos las emociones forman parte de nuestra manera de ser, que puede ser buena o mala, pero no hay otra. Vivir de forma auténtica es dejarse llevar por las emociones.

Creía que un terapeuta alegraba al triste, tranquilizaba al temeroso y calmaba al airado. Wilhelm Reich, por ejemplo, nos enseñó que tratar y reprimir son cosas distintas. Fue un psicoanalista austríaco, discípulo de Freud, que utilizó la expresión corporal con finalidad terapéutica. Fue autor de La función del orgasmo (1927) y Análisis del carácter (1934). Quien tiene miedo debe poder expresar su miedo con toda franqueza, sin negarlo. De nada sirve decir «no tengas miedo» a la mente si el cuerpo vive intensamente esa emoción.

Estoy irritado. ¿Con quién me enfado?

La mayoría de las personas se enfadan consigo mismas, empleando una gran energía de contención para ello. Por no dañar a nadie, acaba uno dañándose a sí mismo. Sería más práctico descargar la ira sobre un saco, pegándole o gritándole hasta agotar la emoción. Las explosiones de ira, sin embargo, suelen ir precedidas de demasiada ira contenida e inexpresada, bajo presión, y que, llegado el momento, revienta.

Y, entonces, ¿cómo hay que gestionar las emociones? Si uno llora cuando tiene ganas de llorar, ríe cuando tiene ganas de reír, grita cuando tiene ganas de gritar, nunca llega a una tristeza, una alegría o una ira histéricas. Seremos normales en la medida en que normalicemos nuestras emociones. Decimos nosotros que el camino del corazón es el único que lleva de regreso a casa y el que nos permite ser auténticos. También se trata de ahorrar energía. Todo lo que sea estar de manera diferente a como estoy implica un sobresfuerzo físico terrible.

¿Las emociones son energía? El ser humano es energía. Nacemos dotados de una energía potencial que siempre es la misma, que configura o resulta configurada por nuestro carácter y que tendemos de manera inconsciente a convertir en energía cinética. El cuerpo siempre avanza orientado al placer y en dirección contraria al dolor. Lo hace a través de lo que llamamos un «impulso unitario» que dispone de un subimpulso tranquilo (me doy cuenta de las emociones) y otro agitado (debo hacer algo). Cuando estos impulsos se bloquean mentalmente por autorrepresión, educación, norma o costumbre, creamos zonas de escisión en el cuerpo, zonas por las que el flujo de energía se ve interrumpido y aparecen contracciones, temblores, vibraciones y hormigueos. Cuando la energía fluye libremente activamos la expresión corporal desde los pelos a los pies, pasando por los ojos, la boca, diafragma y pelvis.

Hay quien siempre pone la misma cara, esté triste o contento.
Ha aprendido a vestir una coraza que le protege del dolor, pero le aleja del placer. Aun cultivando la libertad, nuestra sociedad sigue reprimiendo muchos impulsos expresivos como el llanto, la angustia o la excitación sexual. Se tiende a hacer sin sentir, a estar sin ser, siguiendo exigencias impuestas, horarios no siempre acordes con nuestra propia biología.

Me noto extraña…
Shhh… Escucha lo que tu cuerpo pide y dice.

Seguridad...

Muere lentamente

Muere lentamente quien no viaja, quien no lee, quien no oye música, quien no encuentra gracia en sí mismo. Muere lentamente quien destruye su amor propio, quien no se deja ayudar.

Muere lentamente quien se transforma en esclavo del hábito, repitiendo todos los días los mismos trayectos, quien no cambia de marca, no arriesga vestir un color nuevo y no le habla a quien no conoce.

Muere lentamente quien hace de la televisión su gurú. Muere lentamente quien evita una pasión, quien prefiere el negro sobre blanco y los puntos sobre las "ies" a un remolino de emociones, justamente las que rescatan el brillo de los ojos, sonrisas de los bostezos, corazone
s a los tropiezos y sentimientos.

Muere lentamente quien no voltea la mesa cuando está infeliz en el trabajo, quien no arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien no se permite por lo menos una vez en la vida, huir de los consejos sensatos.


Muere lentamente, quien pasa los días quejándose de su mala suerte o de la lluvia incesante. Muere lentamente, quien abandonando un proyecto antes de iniciarlo, no preguntando de un asunto que desconoce o no respondiendo cuando le indagan sobre algo que sabe.

Pablo Neruda

Un barquero sabio.

Cierta vez un hombre decidió consultar a un sabio sobre sus problemas. Luego de un largo viaje hasta el paraje donde aquel maestro vivía, el hombre finalmente pudo dar con él:
"Maestro, vengo a usted porque estoy desesperado, todo me sale mal y no se que más hacer para salir adelante".
El sabio le dijo: "Puedo ayudarte con esto...sabes remar ?" Un poco confundido, el hombre contestó que sí. Entonces el maestro lo llevó hasta el borde de un lago, juntos subieron a un bote y el hombre empezó a remar hacia el centro a pedido del maestro.

"Va a explicarme ahora cómo mejorar mi vida ?"-dijo el hombre advirtiendo que el anciano
gozaba del viaje sin más preocupaciones. "Sigue, sigue -dijo éste- que debemos llegar al centro mismo del lago"

Al llegar al centro exacto del lago, el maestro le dijo: "Arrima tu cara todo lo que puedas al agua y dime que ves..." El hombre, pasó casi todo su cuerpo por encima de la borda del pequeño bote y tratando de no perder el equilibrio acercó su rostro todo lo que pudo al agua aunque sin entender mucho para qué estaba haciendo esto. De repente, el anciano lo empujó y el hombre cayó al agua.

Al intentar salir, aquel tomó su cabeza con ambas manos e impidió que el hombre llegara a la superficie.
Desesperado el hombre manoteó, pataleó, gritó inútilmente bajo el agua hasta que casi apunto de morir ahogado el sabio lo soltó y le permitió subir a la superficie y luego al bote. Al llegar arriba el hombre entre toses ya ahogándose gritó:- "Usted está loco ??? ...no se da cuenta que casi me ahogo?

Con el rostro plácido, el maestro le preguntó:"Cuándo estabas abajo del agua en qué pensabas ??, qué era lo qué más deseabas en ese momento?" ¡¡En respirar por supuesto!!!!"

Bien, cuando pienses en triunfar,con la misma vehemencia con la que pensabas en respirar, en ese momento y no antes estarás preparado para triunfar... "Créame que es así de fácil (¿o en realidad dificil?).

A veces también es bueno llegar al punto del "ahogo" para descubrir el modo en que deben enfocarse los esfuerzos para llegar a algo.

Aikido


Aikido no es arrogancia ES HUMILDAD
Aikido no es orgullo ES RESPETO
Aikido no es tensión ES RELAJACION
Aikido no es fuerza ES TECNICA
Aikido no es tener ES DAR
Aikido no es saber ES APRENDER
Aikido no es resistencia ES ADAPTACION
Aikido no es improvisación ES PRACTICA
Aikido no es dureza ES FLEXIBILIDAD
Aikido no es competir ES COMPARTIR
Aikido no es vencer ES NO SER DERROTADO
Aikido no es atadura ES LIBERTAD
Aikido no es el vacío ES LA PLENITUD

lunes, 17 de marzo de 2008

Lunes...

LUNES ERA Y DOLÍA,
como nube dolía, como puerta.
Era lunes y había
una ternura muerta.
Pasaban por la calle los viandantes,
como de sentimientos traficantes.
Iba arriba la luna, muy arriba,
muy en su desnudez Lady Godiva.
Era lunes -acaso medio martes
pero lunes aún- en todas partes.
Lunes fue y no dolía:
fantasía.
Era un lunes feroz pero discreto,
lunes de un amoroso Capuleto.
Era un lunes cabal, lunes-lastima.
Iba mi voz en do, doliente nota.
Iba mi voz en solamente rota
bajo la luna-lunes, todavía.
Era lunes. Dolía.

La menstruación... esa gran amiga...

El SÍNDROME PREMENSTRUAL son una serie de síntomas físicos y psíquicos que se producen antes o durante la menstruación como consecuencia de una serie de cambios en las hormonas. Normalmente se designa con las letras PMS que en inglés significa "Premenstrual syndrome" o SPM, que son las siglas correspondientes al español. Estos cambios tanto mentales como físicos van desapareciendo paulatinamente a medida que la menstruación se lleva a la práctica, es decir, dicho llanamente, "cuando la regla baja ". Estos cambios en la mujer, que suelen aparecer unos 11 o 15 días antes de menstruar, afectan con más o menos intensidad entre un 70 o 90 % de mujeres, siendo las mujeres de entre 30 y 40 las que suelen manifestar más síntomas. . De todas estas, un 10 % muestra reacciones que le impiden llevar una vida normal ( trastornó disfórico premenstrual) Aquellas mujeres que presenten depresión acusan con más intensidad este síndrome.

Desafortunadamente, este fenómeno ha sido poco atendido durante muchos años, ya que, desde un punto de vista masculino, se consideraba que las quejas de las mujeres y sus cambios de comportamiento eran fruto de la " mentalidad femenina" y el resultado de un carácter variable o incluso caprichoso. Afortunadamente, un cambio de pensamiento, y unos estudios más científicos y continuados sobre este síndrome ha demostrado la realidad del problema que, si bien afecta personalmente a la mujer, influye en su relación familiar o de trabajo. Hasta que se descubran sus causas reales y el tratamiento definitivo se impone una mayor comprensión y consideración por parte del hombre hacia este síndrome que afecta a la mujer desde que empieza a ser fértil.

SÍNTOMAS:

los síntomas pueden ser tanto físicos, de conducta, como psicológicos.

Los principales síntomas físicos son:
dolor en la cabeza, dolor o mayor sensibilidad en los pechos, hinchazón, aumento de peso, dolor en la espalda, náuseas, diarrea o estreñimiento, problemas urinarios, manifestaciones diversas en la piel, como sequedad, herpes labial o acné, etc.

Los principales síntomas psíquicos son : depresión, irritabilidad, mayor agresividad, ataques de ansiedad, falta de autoestima, poco apetito sexual o mayor deseo sexual , etc.

Entre los principales síntomas de la conducta tenemos: torpeza en los movimientos, problemas de concentración, imposibilidad de conciliar el sueño, necesidad o antojos de comer dulces, necesidad de llorar, etc.

CAUSAS:

- Cambios hormonales : Aunque no se sabe cuales son las causas exactas de este síndrome, parece ser que la causa principal son los cambios hormonales , con un aumento de los niveles de estrógenos y un descenso del nivel de progesterona y en el que podrían estar implicados los siguientes neuroquímicos:

- la serotonina, que se forma a partir del triptófano, es un potente neurotransmisor con muchas funciones corporales, especialmente en el funcionamiento de las neuronas del cerebro. Una falta de serotonina en este órgano se ha asociado con la presencia de muchas disfunciones (depresión, ansiedad, comportamientos compulsivos, problemas alimentarios, migrañas, mayor sensibilidad a los dolores, etc ) Por otra parte el aumento de los niveles de este componente ha demostrado una mejoría en los síntomas depresivos.

- Las prolactinas, que, entre otras funciones, estimula la formación de la leche. Un exceso de la misma podría ser la responsable del fenómeno de sensibilidad en los pechos tal habitual durante el síndrome premenstrual.

- Endomorfinas: neuroquímicos encargados de controlar el dolor. Un bajo nivel de las mismas podría acentuar la sensibilidad al dolor que experimentan las pacientes durante este periodo.


- Problemas alimentarios y otras causas: Otras posibles causas que podrían influir son una alimentación deficiente, carente de algunos componentes, como el magnesio o la piridoxina; bajos niveles de azúcar en la sangre, alergias de los alimentos, etc. También la depresión podría tener un papel determinante en el desarrollo o en el empeoramiento de este síndrome.


DIAGNOSTICO Y PREVENCIÓN:

El diagnostico se suele realizar a partir de un estudio de todos los síntomas, por lo que se hace necesario llevar un listado detallado de aquellos síntomas más habituales, su momento de aparición y desaparición, su momento más álgido, etc.

Dado que los tratamientos convencionales se centran principalmente en aliviar aquellos síntomas más característicos, la mejor manera de prevenir este síndrome es mentalizarse en realizar un un cambio en la conducta, especialmente en lo que se refiere a los hábitos alimentarios.

Es muy interesante la adopción de algún tipo de ejercicio habitual que elimine la tensión, reduzca el dolor, dado que el ejercicio libera endomorfinas, y ayude a reducir el aumento de peso. Se ha comprobado como media hora o 45 minutos de ejercicio dos o tres veces a la semana reducía muchos de los síntomas de esta enfermedad.

Los cambios de vida que tiendan a una forma de vivencia menos estresante son muy aliviadores. Se imponen periodos de descanso, con reposo en la cama cuando sea necesario; los paseos por el campo o la ciudad o el abandono de tareas muy pesadas, incluido el ejercicio físico demasiado fuerte.

Otras posibles ayudas serían mejorar los hábitos de sueño, adoptar algún tipo de tratamiento alternativo como aromaterapia, reflexoterapia, acupuntura, etc. La fitoterapia puede ofrecer buenas soluciones a este problema.

El tratamiento natural del síndrome premenstrual supone la utilización de una serie de recursos naturales que ayudan a mejorar los síntomas negativos de este síndrome.

Grrr... ggrr ... sin comentarios...

Cuttlas

domingo, 16 de marzo de 2008

Cena Ubkung...


Éste es el careto que se nos queda después de una clase de taaanta sabiduria...

Salud!

jueves, 13 de marzo de 2008

La audacia de vivir

La audacia de vivir implica no tener más miedo de sí mismo, rehacer el camino al revés, es decir, deshacer los nudos y levantar las prohibiciones que han condenado a este miedo a ti mismo y a la mentira de una espiritualidad desencarnada, hecha de negaciones. Es una reunificación a partir de la cual puede comenzar el dominio y el control. También después del coraje de reconocer completamente lo que está en ti, el valor de lanzarte a la existencia, de correr riesgos, de recibir los golpes, sabiendo por adelantado que vas a exponerte al juego de los contrarios, de triunfar y de fracasar, de ser feliz y desgraciado, de recibir alabanzas y críticas. Sin duda, tendrás que hacer frente a circunstancias que hasta ahora has considerado dolorosas, pero tandrás la capacidad de asumirlas, porque, siendo uno con una situación, cualquiera que sea, ya no puede afectarte y, porque aceptando tu sufrimiento, éste desemboca en la paz de las profundidades.

"Cuando el hombre es reducido a sus últimos extremos, por fin tiene Dios su oportunidad"

Arnaud Desjardins.
"La audacia de vivir"

Soledad


Abrazar el silencio
Disfrutar de la soledad
Estar libre del otro
Alejarse de la multitud

Desconectar tu personalidad
Desactivar todas tus protecciones
Abrir las puertas y ventanas de tu alma
Dejar que una brisa fresca te limpia adentro

Hacer desaparecer la mente y los pensamientos
Entrar en el vacio y sentirte intensamente “yo”
Ser el centro, sentir paz, desprender luz
Reconocer y admirar tu belleza y tu pureza

En cuanto sabes gozar plenamente de tu soledad
En cuanto te quieres a ti mismo con toda tu corazón
En cuanto descubres que el Cosmos y tu esencia
son exactamente la misma cosa

Te conectarás con todos los seres y todas las cosas
Empezarás a amar como nunca antes has amado...


martes, 11 de marzo de 2008

Icaro

Introdúceme en tu cuerpo
desde allí yo te hablaré.
Introdúceme en tu mente,
desde allí te alumbraré.
Introdúceme en tu corazón,
desde allí te daré calor.

Oirás mi voz de serpiente
deslizarse en tu oído.
Verás mi luz sin verla
a través de Los sentidos...
y mi calor te seguirá
más allá del frío frío
Y seré parte de ti,
tierra lanzada al infinito...

Mi voz te susurrará
cosas que crees no saber.
Dentro de ti vas a encontrar
la respuesta a tu ser
Ocho (8), doble círculo fecundo
dos serpientes enroscadas,
que te hablan sin decir...
que te dicen sin hablar...
NADA
Soy la energía en ti dormida,
despiértame ya.
Quiero ascender, reptar de una vez,
Cruzar el cero (O) ya,
cerrar el círculo aquel,
donde la flor duerme en la cruz...

Cuando el azul llegue a tu cara
y la luna a tu cabeza,
a su encuentro yo iré,
serpiente roja, desde la base,
a fundirme con el sol...
Y mi voz te guiará a través del agua
con el color del amor...

Lo fatal


Dichoso el árbol que es apenas sensitivo,
y más la piedra dura porque ésa ya no siente,
pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,
ni mayor pesadumbre que la vida consciente.

Ser y no saber nada y ser sin rumbo cierto,
y el temor de haber sido y un futuro terror...
Y el espanto seguro de estar mañana muerto,
y sufrir por la vida y por la sombra y por
lo que no conocemos y apenas sospechamos,
y la carne que tienta con sus frescos racimos,
y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos,
y no saber adónde vamos,
ni de dónde venimos...

Rubén Dario

lunes, 10 de marzo de 2008

JULIO

Pues hoy toca lectura... Me he encontrado precisamente hoy, por esas cosas de la sincronicidad, mientras le mandaba por email un abrazo a nuestro querido Marc, este texto que escribió otro gran amigo, Moi, hace unos años. Con su permiso creo que es el momento de compartirlo....


JULIO

A Chon y a Julio
Y a Bernardito, sobrinonieto.

A Julio le gusta mucho trabajar su huerto. Cree que ya no queda casi nadie que sepa hacer esas cosas. Y tiene razón. Por lo general, los jóvenes ahora no saben de cultivos ni de azadas ni de huertos. Saben de discos. Ahora no saben. Es una pena, ya lo dice él, que cuando desaparezcamos los cuatro que sabemos, esto se pierda. Julio ha tenido en su huerto todo tipo de cultivos que se diesen por estos climas. Incluso ha tenido sus intentos con productos más exóticos. Pero ahora sólo hay en el huerto tres o cuatro lechugas, más hierbas de lo normal y flores, eso sí, muchas flores. Ya no tiene tanto tiempo como antes para dedicarse a cuidar la tierra. Además empieza a estar cansado.

Julio, como de costumbre se levanta temprano, con la aurora. No le cuesta trabajo salir de la cama, nunca ha sido perezoso. Seguramente se haya despertado para quedarse pensativo, con cara seria, siempre seria, mirando el despertador hasta que suene. Una vez lo ha apagado, tras un suspiro que nunca sabremos muy bien cuándo termina, se tira de la cama. Ya en el cuarto de baño se mira al espejo. Su rostro está invadido por un gesto de seriedad. Serio, siempre serio. El caminar de la vida ha ido sembrando de senderos su piel. Tiene Julio especialmente pronunciadas las arrugas que rodean sus ojos marrones. Surcos perfilados por el sutil y poderoso caudal de lágrimas. Se asea, se viste y antes de irse se ojea por última vez frente al espejo. Le sigue pareciendo un rostro triste, serio, siempre serio. Julio piensa que no fue muy afortunado en la vida. El recuerdo más lejano que conserva le hace verse, siendo un niño, en la mina. La mina, que hace llorar a los hombres como si fuesen niños, qué no hará con los niños. Pero Julio no se olvida de lo que ha hecho que la vida merezca la pena durante todos estos años. Cuando se queda tan fijamente mirando el despertador no piensa otra cosa. Un día más, por qué un día más, para qué un día más. Y es cuando le viene a la cabeza el recuerdo de Chon cuando se tira de la cama, como si durmiendo allí solo sólo hubiese estado perdiendo el tiempo. Ya son muchos años. Julio considera que Chon es toda su vida.

Julio va a visitar a Chon todos los días que puede. Siempre que la combinación de autobuses se lo permite, él coge su cacha, su chaqueta de los domingos, algo de dinero y sus ochenta y dos años y se va a ver a su mujer. Hay veces que algún nieto o sobrino, según, puede evadirse, con mucho trabajo, eso sí, de su trabajosa y esclavizante vida. ¡Tenemos tanto trabajo!, se disculpan ante Julio, es que nos esclavizan. Él no dice nada. Calla y serio, siempre serio, asiente con la cabeza. Esos días es el sobrinonieto, según, quien le lleva a ver a Chon. Lo del transporte privado está bien, tiene sus ventajas. Uno llega, se baja en la misma puerta y santas pascuas. Para volver, lo mismo. Parece ministro de la guerra, esperando con su chaqueta de mudarse y su bastón, la lemousin que lo lleve al palacio presidencial. Lo malo es que a Julio le toca aguantar la curadeconciencia del sobrinonieto, según. Hay que ver el lado bueno de las cosas, tener sobrinonietos con más bien pocos escrúpulos, de esos tan bien adaptados a la vida moderna, significa que Julio sólo tiene que aguantar muy de vez en cuando sus purgas morales. Es lo más pesado, aguantar los si yo pudiera..., si no tuviese tanto trabajo..., si no estuviese de vacaciones en Alicante..., si no estuviese deprimida..., si no me diesen tanto vértigo las quintas plantas... Todo cinismo, todo aullidos. Una vez al año, que no hace daño, vienen estas personas a convencerse y, lo peor, a intentar convencer a Julio, de que si no están allí más tiempo es porque no pueden, porque claro, tampoco hace falta, porque si no estuvieses tú, pero como estás, que además lo haces encantado, porque qué bien, qué suerte que la queramos tanto, porque además si no se pone peor no hace falta, porque yo, porque yo... Pero Julio nunca ha dicho nada, nunca dice nada. Él pierde sus marrones ojos ya desgastados en el vacío y asiente silencioso y serio, siempre serio, con la cabeza. Los sobrinonietos no hacen sino perder los nervios con esta actitud. Se sienten más culpables aún. Ellos esperan un sí, claro, no te preocupes, no pasa nada, y una sonrisa de aprobación, un alegre ego te absolvo. Pero Julio nunca dice nada. Julio serio, siempre serio. Al final ellos siempre se engañan, se convencen a sí mismos de que hacen lo que pueden, que además no es poco. Y se despiden alegres, con las conciencias limpias, blancas como batas de enfermeras.

Es una pesadez. Y Julio prefiere arrastrar el otro peso, el de sus ochenta y dos años, que no es poco, e irse a ver a Chon por los medios habituales, es decir, en autobús. Es un proceso lento y agotador, y más si llueve, como hoy. Julio ha tenido que entrar a buscar su paraguas porque no se esperaba lo de la lluvia. Este tiempo está loco. Camina hacia la parada del autobús, donde, cómo no, hay cola. Tras los empujones de rigor consigue subir. Hay algún conductor que incluso le saluda. Ya le conocen de tanto verle. Hoy ha coincidido con el de bigote, el que siempre lleva gafas de sol. Uno se pregunta si habrá ojos bajo los cristales. Sus buenos reflejos y la ligereza con que hunde el pedal del freno hacen pensar que sí. Buenos días, le ha dicho a Julio, levantando graciosamente su imponente y poblado telón de mostacho, dejando ver un espectáculo de marfiles más bien deteriorados. Buenos días, responde Julio todo serio, siempre serio. Así dos transbordos con caminata entre estaciones. Y encima hoy llueve. Poca cosa podrá parecerle a alguien. No es poco, no, que Julio arrastra consigo, como decíamos, sus ochenta y dos años, que ya son bastante arrastrar. También él fue joven, fuerte y ágil, también a él un muro le parecía una línea en el suelo, también él corría y saltaba, él, que cargó sacos y sacos de carbón ya de niño. Pero por eso, precisamente por eso, su cuerpo está ahora resentido, dolorido, se ha cansado. Y no hay paso que no le cueste tres o cuatro sacos de carbón, y no hay escalón que no le parezca un muro. Pero a cada saco, a cada muro, Julio piensa en su Chon, en que va a verla, en que va a hacerle compañía. Y Julio quiere mucho a su Chon, es la energía de cada uno de sus movimientos, de cada uno de sus latidos. Y por eso el huerto sigue, aunque con alguna hierba de más, lleno de flores, porque allá va Julio, con una preciosa rosa roja, como le gustan a Chon, agarrada entre el paraguas unas veces o entre la cacha otras, allá va para adornar la habitación de Chon con colores y aromas.

Y es que no hay mucha variedad cromática ni huele muy bien en el hospital, a donde mientras contaba esto ha llegado Julio. Ya le conocen las recepcionistas y las enfermeras, más que los conductores. Buenos días, don Julio, ¿a ver a su mujer?, le dicen con sonrisas eternas y blancas como batas de enfermera. Buenos días, sí, buenos días, responde Julio sofocado y serio, siempre serio. Y es que Julio, como vengo contando, siempre está serio. Pero no siempre fue así. Hubo un tiempo en que Julio sonreía. Su vida nunca fue muy agraciada, pero él sonreía porque tenía a su Chon con él, que era lo que más quería. Incluso cuando le diagnosticaron la enfermedad a Chon, Julio seguía sonriendo. Pero fue cuando la ingresaron, hace ya una eternidad, cuando se borró de su cara el gesto agradable. Alguna pelea tuvo con el personal del hospital, porque él ni a tiros se separaba de su mujer. Hubiese vivido allí, con ella. Pero nada, no pudo ser. Y Julio tuvo que irse a su casa, solo, nervioso, preocupado, faltándole algo, faltándole todo... Julio sólo recupera la sonrisa, la vida, cuando ve a su Chon.

El ascensor sube y la eternidad que hay hasta la quinta planta Julio se la pasa intranquilo, nervioso, con semblante preocupado, pensando cómo estará hoy, si le habrá afectado el cambio de tiempo, si será para bien. Ayudado por su bastón sale del ascensor y camina con dificultad hasta la habitación quinientos cinco, al fondo del pasillo a la izquierda. A la puerta deja su paraguas, que ha venido sangrando alguna peligrosa gota. Tras llamar un par de veces con los duros nudillos, entra.

Julio de primeras quiere sonreir, está con su Chon, pero enseguida se le afea el rostro, pues Chon ni responderle puede hoy con otra sonrisa. Tan mal está hoy. Chon intenta hablar desoyendo los consejos de Julio y dice, a duras penas, que le ha echado de menos, que le estaba esperando, que aquello se acaba. No digas eso, le dice Julio con el gesto marcado ya por la angustia de verse sin su Chon, no digas eso. Ya verás como sólo es el cambio de tiempo. Mira, te he traido una rosa, como a ti te gustan, rojas. Pero Chon no desvía la mirada de Julio, que ya pone cara de lo irremediable. Mira qué bien huele, de nuestro jardín, no como las de compra. No seas tonto, responde Chon a las lágrimas que Julio es incapaz de contener. Chon aprieta con sus últimas fuerzas la mano temblorosa que Julio le ofrece. Chon cierra suavemente los ojos. Julio se dobla con dificultad y posa un beso en los labios de Chon, que ahora sonríen. Julio recoge una lágrima póstuma que fugaz surca la mejilla de Chon. Ya se pierden entre los sollozos y los pasillos las impotentes súplicas de Julio, que desgarran el blanco de todas las batas. Chon, no me dejes, no te vayas, que me voy contigo... Una enfermera que llega ahora a la altura de la quinientos cinco, piensa que pobre Julio, tan solo. Ya no se podía hacer nada. Qué hará, sin familia ni nada... Y la enfermera agacha la cabeza y desdibuja por unos instantes su eterna y blanca sonrisa. Pobre Julio, que un día de lluvia le ha robado la sonrisa para siempre. Pobre Julio.

Benavides de Órbigo

Hoy Julio es un abuelo feliz, su nieto Sanjeev ya está en casa...

El salto...





Pum pum, pum pum… Mi corazón latía con fuerza mientras Daniel me colocaba el arnés. Escuchaba sus explicaciones con mucha atención. Su acento brasileño era muy agradable y familiar. Tenía la piel tostada y un aire de libertad que no puedo describir. Por mi cabeza pasaron imágenes del río amazonas y su selva, casi tan verde como sus ojos. Le sonreí, ya tenia toda mi confianza. Al fin y al cabo estaba a punto de poner mi vida en sus manos. La posición que me explicaba me pareció fácil de realizar, recé para que no me diera una rampa en el momento definitivo. Con el arnés ya colocado y la adrenalina subiendo por momentos nos dirigimos rápidamente y sin mirar atrás hacia el avión.

El sonido de las turbinas del avión empujando con fuerza el aire me obligó a dirigirme a la puerta de entrada con fuerza y determinación. Subí aquella pequeña escalera sabiendo que ya no había vuelta atrás.
Me senté hacia la mitad del avión, con una visión perfecta de la puerta, donde justo enfrente estaba Ricardo, le reconocí cuando me saludaba con una sonrisa nerviosa. Daniel me ató el cinturón de seguridad y se sentó frente a mí. Volvió a recordarme la posición que debía adoptar, la espalda arqueada hacia atrás y mis piernas entre las suyas. Sonreía mientras me recordaba que estábamos a punto de volar. Eli y su instructor entraron y se sentaron a nuestro lado. Podía sentir toda la sangre corriendo por mis venas mientras mi corazón la bombeaba con fuerza una y otra vez.

Tenía el estómago encogido cuando el avión inició el despegue. Daniel seguía mirándome con sus ojos verdes mientras no dejaba de hablarme y darme ánimos. Eli estaba pálida y me pregunté si yo también lo estaría. El avión subía y subía mientras Ricardo no apartaba la vista de la puerta. A unos 1500 metros la puerta se abrió por primera vez impulsando un chorro de aire fresco hacia el interior. Un chico joven esperó agachado frente al abismo el momento adecuado para impulsarse hacía adelante y desaparecer de nuestra vista. Ya podía sentir la adrenalina a tope. Seguimos subiendo. Podía ver desde la ventanilla cómo nos alejábamos del suelo. El paisaje no estaba nada mal, ya se veía el mediterráneo. Daniel me pide que me siente en sus rodillas y comienza a atar mi arnés al suyo, se acerca el momento. Empiezo a sentir una sensación familiar, como cuando la planta ya está en tu interior y sabes que va a empezar a subir irremediablemente. El cuerpo se pone en alerta y se prepara. Traté de respirar lenta y profundamente para no marearme. Estaba emocionada. No quería esperar más. Se me hizo eterno el momento de llegar a 4000 metros.

Ya estábamos arriba. Me sentía eufórica. El primero en salir sería Ricardo. Lo vi colgado de su instructor en la posición que nos habían indicado con los ojos muy abiertos. El aire y el sonido de los motores se hacían mas presentes con la puerta abierta. El instructor se asomó y en un segundo desapareció por la puerta con Ricardo. Me pareció impresionante, joder, joder… que ahora voy yo… Estaba nerviosa pero me sentía decidida a disfrutar de aquello y no quería perderme ni un solo detalle, ni una sola sensación. Me coloqué las gafas, respiré hondo una vez mas antes de dirigirme agachada hacia la puerta con Daniel pegado a mi espalda. “Ahora Núria, ponte en posición” me dijo. Levanté los pies del suelo y arqueé la espalda hacia atrás, al levantar la cabeza podía ver el ala del avión. Crucé los brazos y me agarré al arnés con fuerza. Puse mis piernas entre las suyas levantándolas todo lo que podía, mientras Daniel sujetaba mi peso. Podía sentir el aire en mi cara, miré hacia abajo. Dios mío! pensé, joder, veo pasar las nubes!

Lo siguiente que sentí fue que algo me impulsaba hacía adelante y se me cortó la respiración. No pude evitar cerrar los ojos, como cuando sientes que algo se te va a caer encima. Pero esta vez la que caía era yo. La sensación de caída es tremenda, como cuando te despiertas de un sobresalto por la noche porque sueñas que caes al vacío, pero claro, esta vez de verdad. Como si me hubiera dejado el estómago en el avión. Conecté con la sensación de túnel ya tan conocida, pero esta vez sin presión, sin miedo. Debieron pasar unos 5 segundos en los que pensé que si esa sensación continuaba así iba a reventar. Entonces todo cambió. La sensación de caída desapareció y abrí los ojos inmediatamente. Lo primero que vi fue la ventisca sobre las manos morenas de Daniel, frente a mi cara. Un granizo pequeñito me rozaba la piel. Puse la consciencia en la respiración, me di cuenta que respiraba entrecortadamente y demasiado rápido por la boca. Traté de respirar calmadamente por la nariz, sonreí al comprobar que podía hacerlo perfectamente. Entonces me relajé.

Sentí que Daniel me golpeaba tres veces en el hombro. Esa era la señal para soltar mis manos del arnés y abrir los brazos en 90 grados. Así lo hice. QUE FUERTE. INCREIBLE. JODER ESTABA VOLANDO!!. No daba crédito, era demasiado espectacular. Sentía el sonido del aire silbándome en los oídos, era ensordecedor, podía mirar en todas direcciones. No tenía que hacer nada para mantener la postura, allí arriba parecía la posición natural, el aire te envolvía. La costa era como si miraras un mapa. Podía ver la tierra y el mar con toda su gama de colores. Los detalles se iban haciendo cada vez más nítidos. Sentía la adrenalina explotar en mi interior. Era una sensación de gozo absoluto. Es una emoción difícil de explicar que me hizo conectar con la esencia del comportamiento humano y con el poder de nuestra querida madre tierra. Cuando mas estaba disfrutando de mis propias sensaciones atravesando el aire a unos 200 kilómetros por hora noté como Daniel volvía a golpearme el hombro. Era la señal para que de nuevo volviera a sujetarme al arnés. Me costó un poco poner la consciencia en el sentido del tacto para poder encontrar dónde agarrarme.

Cuando por fin lo conseguí sentí un leve estirón que hizo que mi cuerpo dejara la posición de vuelo y adoptara una nueva postura, vertical, con las piernas colgando. Y de repente me encontré flotando en el silencio más absoluto. Fue un instante maravilloso que me llenó de una especie de sensación de paz. La emoción era inmensa, me caían las lágrimas. Podía oír el aire entrando en mis pulmones. Entonces oí a Daniel felicitándome mientras dirigía con habilidad el paracaídas hacia un lado y otro para poder disfrutar de las vistas. Me quité las gafas, llené de aire mis pulmones y lo solté con fuerza gritándole agradecida al cielo, soltando tensión. Podía notar el temblor en las piernas debido a la emoción acumulada. El suelo estaba cada vez mas cerca. Daniel iba dándome las últimas explicaciones de cómo tomar tierra. Desde que saltamos del avión debían haber pasado unos 4 o 5 minutos. Los 4 o 5 minutos más cortos de toda mi vida. Antes de tocar suelo ya sabía que deseaba repetirlo. Cuando Daniel me lo indicó levanté las piernas hacia arriba y aterrizamos suavemente. Me soltó de su arnés y nos abrazamos sonriendo. Ahora podía entender mejor su sonrisa y ese aire que le envolvía…

Imagen by Nur

Oto y Ayla


Y esta es la cara de "ya la has liao otra vez! " que se les quedó a mis gatos....

Aviso

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El Internet explorer está dando fallos y no lo muestra completo.
O, a veces..., todo lo contrario...